Pinar del Río.- CON APENAS 18 años de edad Emma Raducanu se convirtió en historia viva del tenis, al ganar el sábado el US Open. La joven británica de padre rumano y madre china, nacida en Toronto, ganó su primer trofeo de forma espectacular.
Vaya usted a creer que una final entre la número 150 y la 73 del ranking no ofrecía un espectáculo digno. Pues todo lo contrario. Pasaba en Nueva York, donde acontecía la final más joven desde que allí mismo, en 1999, se enfrentaran Selena Williams de 17 años y Martina Hingis de 18.
Resulta que la rival de Raducanu era Leylah Fernández, otra analogía viviente de la Torre de Babel, hija de ecuatoriano y filipina nacida en Montreal y que apenas cuenta con 19 años.
No fue fácil para ninguna de las dos. La canadiense tuvo que vencer nada menos que a tres jugadoras del top five (Sabalenka, Naomi Osaka y Elina Svitolina) para llegar a la final, mientras la británica se convertía en la primera persona, hombre o mujer, en llegar a una decisión de grand slam viniendo desde la fase previa.
Emma no se conformó con llegar… Ganó y todavía le puso otro aderezo a la gesta: lo hizo sin perder un solo set en todo el torneo, de hecho ni siquiera tuvo set points en contra ni disputó tie breaks.
El ímpetu y la frescura con que ambas se enfrentaron dejaron sin aliento a los espectadores de un choque sin miramientos ni jerarquías. La potencia y simplificación del juego de Emma encontró resistencia en la riqueza táctica de Leylah, quien no necesita reverencias ni ante una experimentada.
La europea no tuvo una presa fácil en Fernández, quien aparecía en cada rincón de la cancha obligándola al vértigo propio para generar el ajeno. Tuvo Raducanu que dejar la piel en la cancha, literalmente, y demandar ayuda médica para el sangrado de su rodilla antes del definitivo 6-3 del segundo set, luego del 6-4 inicial.
Entonces explotó en emociones como explotan las estrellas al nacer. Solo días antes de su primer trofeo, nada menos que en un grand slam, mostraba el 150 en el escalafón ATP, con menos de 20 partidos en el WTA Tour.
Su próxima ubicación en el ranking será el escaño 23, unos 127 puestos mejores con respecto al que llevó a Nueva York para convertirse en la primera británica ganadora de un grand slam desde que Virginia Wade se alzara con Wimbledon 1977. Su ascenso, además, se expresa en más de 330 lugares respecto a meses atrás, cuando anclaba en el sitio 338.
No hay ya lugar a dudas: Emma Raducanu se inscribió, con su inmarcesible hazaña, en la lista sublime de las inmortales. Incluso la Reina Isabel lo sabe y la ha felicitado.
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