Tokio.- Los XVI Juegos Paralímpicos Tokio 2020 vivirán similar derrotero que los olímpicos clausurados el 8 de agosto último.

El estado de emergencia que debía de caducar el 30 de agosto fue prorrogado y regirá hasta el 12 de septiembre, especialmente en esta capital y la cercana prefectura de Osaka, de las más golpeadas en el archipiélago.

Con una población superior a los 126 millones de habitantes, el país sufrió 25 mil infecciones en dos días y el número de pacientes graves alcanza niveles récord en medio de la quinta ola de contagios.

Las autoridades sanitarias de Japón atribuyen el aumento de los contagios a la llegada de la variante Delta. La situación «se está volviendo más grave», señaló el primer ministro Yohishide Suga, al hacer el anuncio de la prórroga.

Ello ha atenido reflejo en los juegos paralímpicos, que a pocas horas de la ceremonia inaugural sumó los primeros enfermos. El Comité Paralímpico Brasileño (CPB) confirmó que dos miembros de su delegación  dieron positivo al nuevo coronavirus.

«La situación infecciosa es diferente a la que había antes de los Juegos Olímpicos. Se ha deteriorado», declaró Hidemasa Nakamura, integrante del comité organizador de Tokio-2020.

El habitual relevo de la antorcha fue cancelado por temor a la propagación del virus y varias de las ceremonias de encendido de la llama tuvieron lugar en las últimas horas sin espectadores, después de realizar eventos similares en semanas precedentes.

En medio de ese contexto se ha conocido que el emperador Naruhito asistirá a la ceremonia de apertura de los Juegos, y se espera los declare inaugurados como hizo con los olímpicos el pasado 23 de julio.

Naruhito declaró abiertos los Juegos Paralímpicos de Invierno de Nagano 1998, cuando era príncipe heredero.

Retrasados durante un año debido a la pandemia de la covid-19, los Juegos involucrarán a más de 4 mil atletas del mundo. La familia imperial no asistirá a las competencias, así como tampoco la emperatriz Masako estará junto a su marido en la ceremonia inaugural.

La covid-19 pone en vilo a la sociedad nipona, pero los XVI Juegos Paralímpicos emergen como un oasis contemporáneo.