Tokio.- DESDE dos realidades diferentes asumieron este domingo los tiradores cubanos Leuris Pupo y Jorge Félix Álvarez el inicio de la modalidad de pistola tiro rápido a 25 metros en el campo de Asaka, lejos del centro de esta megaurbe en que se transita por la segunda semana de los Juegos de la XXXII Olimpiada.

Pupo disfruta de su sexta presentación bajo los cinco aros, es referente de una maestría demostrada con su medalla de oro en Londres 2012 y poco de lo que sucede en estos escenarios suele asombrarle. 

Jorge Félix, menos experimentado, posee una historia que va formándose en eventos de rango, aunque nunca con la magnitud de una cita estival.

El primero de ellos completó 290 puntos para ubicarse octavo en una primera etapa, que incluye 30 disparos, mientras Jorge Félix acumuló 287 para anclar en la decimotercera posición. Así enfrentarán el próximo lunes los restantes 30 disparos (divididos en seis series), y saber si estarán entre los finalistas.

La tarea para ambos es ardua. Lograr el pase a la disputa de las medallas implica ubicarse entre los seis primeros puestos y tras lo visto ahora, además de cierres casi perfectos necesitarían algún error de sus rivales.

El liderazgo momentáneo lo exhiben los franceses Clement Bessaguet y Jean Quiquampoix, con 297 unidades cada uno, seguidos del alemán Christian Ritz (296).

Por cierto, el teutón es campeón de Río de Janeiro 2016 y bronce en Beijing 2008. Quiquampoix ganó plata hace cinco años.

Para Pupo y Jorge Félix las sensaciones ahora vividas también fueron distintas. El campeón de Londres reconoce que no tuvo su habitual coordinación, llegó a sentirse incómodo en las series y  de ahí el parcial por debajo del esperado.

«Tuve tensión al principio, algo que sucede siempre en un evento de nivel. Algunos aspectos tácticos me dieron problemas y la última serie la tiré muy rápido y me enredé», comentó tras abandonar el salón techado que ahora acoge la prueba, contrario a lo que casi siempre sucede durante las series de clasificación en polígonos abiertos.

«Mañana son 30 disparos más y hasta el último no se sabe nada. El primer día es siempre para liberar, me siento muy bien y confío en mañana», aseguró sustentado en toda la experiencia que le avala.

Jorge Félix tampoco estuvo satisfecho con su acumulado. Se sabe con preparación para tirar mejor y reconoció la tensión, quizás generada por los dos años sin enfrentar una competición oficial.

«Me sentía bien preparado técnicamente, pero me golpeó la ansiedad. Me dejé llevar por la ansiedad, no nervioso, pero sí me dejé llevar por un ritmo acelerado en el último milisegundo antes de ejecutar el disparo», explicó el medallista de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

«Influyen muchas cosas, lo principal estar dos años alejado de la competencia. No topar con nadie, ni siquiera a nivel nacional, influye porque uno pierde la mecánica de competencia y cuando se enfrenta a eso suceden cosas que no se pueden simular en los entrenamientos», confesó.

El azote de la pandemia de la covid-19 ha convertido en atípicos no solo estos Juegos, sino también el camino para llegar hasta aquí. Tuvieron entrenamientos con excelentes condiciones en España y sus armas son modernas, pero no hubo espacio para certámenes previos.

En el torneo de tiro Cuba ya estuvo representada aquí por Eglys de la Cruz, Jorge Grau y Laina Pérez, y el mejor resultado lo firmó esta última con un lugar 14 en la pistola a 25 metros.