Tokio.- LA MUJER perfecta, la diosa de la gimnasia artística en la última década demostró que es humana. Simone Biles reconoció tener el orgullo herido, se declaró incapaz de soportar en ese momento todo el peso del mundo sobre sus hombros y eso le ha hecho más cercana al resto de los que habitan este planeta.
Hoy todos aquí comentan su decisión de abandonar la final por equipos y su repercusión. Ya desde las clasificaciones, en el pabellón de gimnasia Ariake, se le vio más “terrenal” y en el momento del salto todo se precipitó. «Simplemente después de la actuación que hice no quería seguir», dijo tras la nota más baja conseguida por ella en unos juegos olímpicos: 13.766 unidades.
La estrella norteamericana más seguida en Tokio. La dueña de su propio emoji en Twitter (una cabra) por su denominación de GOAT, como acrónimo de Greatest Of All Time, acaba de volverse más perfecta aún reconociendo lo que todos comenzamos a sospechar.
Y es que asumir debilidades engrandese, más allá de la atleta, a la persona que libra batallas sociales tan o más importantes que sus inusuales talentos sobre el tapiz o en el caballo de salto. Ella, que se ha vuelto vocera de los derechos sociales de la mujer, que lucha contra la discriminación racial y los abusos sexuales, y logró que el mundo viera a las mujeres de la gimnasia como lo que son: fuertes y desafiantes.
Dar un paso atrás en el momento preciso es también señal de poder. Parar a tiempo antes de lesionarse y tener que abandonar definitivamente la competición es otra muestra de inteligencia y de liderazgo.
Biles, cuatro veces medallista de oro en Río 2016 y capaz de ejecutar elementos acrobáticos que algunos hombres ni intentarían, también asume ahora dar voz a quienes sufren depresión.
No es la única entre los grandes deportistas, pero quizás la más valiente por declararlo. Aseguró no confiar en su salud mental y necesitaba decirlo, que todos supieran, que eso no es muestra de debilidad… por el contrario es volver reales a aquellos que por tanto idolatrarlos los consideramos invencibles.
La niña de la infancia difícil es una mujer fuerte y lo seguirá siendo porque ha elegido no rendirse. ¿Volverá a competir en Tokio? ¿Buscará los oros individuales que sus fanáticos le pedían? Quizás.
Dejó esa puerta abierta tras su inesperada retirada, pero la única certeza de toda esta historia es que Simone Biles tomó la que pudiera ser la decisión más trascendental de su carrera, y también en eso se ganó el título de GOAT.
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