Tokio.- GANAR una medalla olímpica te lleva a acariciar la cima del mundo, te hace saber “diferente”, un ser “tocado por la inmortalidad”. Y si eso es con solo una, entonces qué sentirán quienes se han cansado de subir al podio de premiaciones en este tipo de citas.

Esa es una respuesta que pueden ofrecer con facilidad estrellas como el nadador Michael Phelps, el velocista Usain Bolt o la gimnasta Larisa Latynina, ejemplos claros de quienes poseen una abultada lista de medallas y que ahora son recordados a solo horas de que en Tokio se declaren inaugurados los Juegos de la XXXII Olimpiada.

El estadounidense Phelps es el máximo acumulador con 28 premios, 23 de ellos de oro, y los consiguió en cuatro competiciones entre Atenas 2004 y Río de Janeiro 2016. Nada, que esa impresionante cifra deja muy en alto el listón para los que intenten acercársele.

Latynina era la más ganadora hasta Londres 2012 cuando Phelps rompió su récord. La soviética, nacida en Ucrania, llegó a 18 en su carrera (9-4-5) con asistencias a Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964.

La lista de los más tiene entre otros al también gimnasta soviético Nikolai Andrianov (15), el “finés volador” Paavo Nurmi (12), la piragüista alemana Birgit Fischer (12), el gimnasta nipón Sawao Kato (12), el nadador estadounidense Mark Spitz (11) y el velocista estadounidense Carl Lewis (10).

El carismático Bolt quedó en ocho, pero con la satisfacción de que todas fueron de oro y eso es incluso un mérito superior.

Un detalle imposible de obviar es que todos los mencionados se reducen a tres deportes: natación, gimnasia y atletismo. Son esas disciplinas que permiten participar en más de un evento y de ahí la posibilidad de sumar y sumar…

Quizás por ese detalle resulta un poco injusto catalogarlos como los mejores de la historia olímpica. Es cierto que numéricamente lo son, pero ese es el único elemento a tener en cuenta para ser tan absolutos.

Muchísimo valor tienen otros que solo pueden optar por una cada cuatro años e incluso así son múltiples medallistas. Entiéndase casos como los que se dedican a los deportes de combate o alguna modalidad colectiva.

En Cuba son varios los que podemos mencionar con semejante mérito. Desde el legendario boxeador Teófilo Stevenson con reinados en Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980.

También su compañero de deporte, Félix Savón, con una tríada formada entre Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000, o la judoca Driulis González con cuatro premios: un oro, una plata y dos bronces, entre Barcelona 1992 y Atenas 2004.

En la delegación que ahora defiende los colores de la Isla aquí, sobresalen dos ejemplos de múltiples ganadores. El luchador Mijaín López en busca de su cuarto oro consecutivo –algo no logrado antes en su deporte– y la judoca Idalys Ortiz, quien también irá por un cuarto ascenso al podio luego de ser oro en Londres 2012, plata en Río de Janeiro 2016 y bronce en Beijing 2008.