LA SELECCIÓN de Países Bajos se apeó de la Eurocopa ante una República Checa que les desmembró quirúrgicamente. No hay opulencias en estos checos como tampoco complejos. 

Los de Silhavy jugaban con overol y proponían ritmo y trabajo a los naranjas, quienes intentaban resolver con clase el desgate que demandaba el rival. El descanso fue oro puro para los tulipanes. 

Al regreso de camerinos los de De Boer recuperaron el control de las acciones e hicieron emplearse a Vaclik, seguro en el mano a mano ante Malen. A la Naranja Mecánica, sin embargo, le costaba manejar los tiempos por el empuje del contrario. 

En la réplica, De Ligt se pasó de listo, metió manos (literalmente) a un balón para evitar que Schick se plantara ante Sketelenburg y lo pagó con roja. La expulsión desdibujó a los suyos y abrió espacios a los checos con más de media hora para liquidar.

Era cuestión de tiempo la caída del arco naranja. Fue Holes al 68´ quien derrumbó las esperanzas de los subcampeones del mundo de 2010 y luego Schick marcó el de la resignación a 10 minutos del final. Los checos están en cuartos, por sorpresa dirán algunos, aunque Silhavy dijo que se llama dar el máximo.

A Bélgica le sirvió con muy poco para librarse de Portugal: el efecto que le dio Torgan Hazard al balón para marcar un golazo, el santo de Courtois que tuvo palos cuando no llegó a un disparo y la lentitud de Santos para revolucionar el partido. Y suerte, a Bélgica le acompañó la suerte. 

Santos metió a Palhlinha en la medular para acompañar a Renato y Moutinho y no defraudó el del Sporting. Sufrieron los ibéricos en los primeros compases del choque, pero eso estaba en los planes. 

Con el paso de los minutos se asentaron en la cancha, sobre todo por la dificultad de Bélgica para sostener el asedio prolijo y sin contundencia. Los lusos tenían las mejores oportunidades aún cuando alternaban idas y venidas. 

Palhinha robaba en mitad de la cancha y Renato se encargaba del resto, se multiplicaba, tocaba y se mostraba como la primera opción, daba continuidad, dominaba la media y lanzaba el ataque verdirojo. Merecía mejor fortuna Portugal, pero no aparecía Ronaldo con claridad y Jota desperdiciaba una ocasión inmejorable. 

Sin embargo, Torgan, el menor de los Hazard, se encontró con un balón suelto en los linderos del área y metió un bombazo trepidante que se escurría entre las manos de Rui Patricio. 

En el complementario los Diablos Rojos salieron timoratos a especular con el resultado parcial y se beneficiaron de la providencia en un palo en el remate de Guerreiro, de una atajada de lujo de Courtois al cabezazo de Ruben Dias y de la pésima puntería de Jota, quien quedó solo ante el portero del Real Madrid con pase de Cristiano. Además dispusieron de la lentitud de Santos. 

El técnico portugués demoró un mundo los cambios, quizá pensaba en el alargue antes de empatar, pero primero hay que cazar el oso antes de vender la piel.

La circunstancia demandaba un sacrificio, pero Fernando tuvo miedo de mirar a Pahlinha que ya no se vio, y no por demérito suyo sino por requerimiento del contrario que no atacaba, y cuando lo hizo fue para poner a Danilo, un cambio de hombre que nada resolvía el marrón del 0-1.

Diogo Jota caminó impune por el césped de La Cartuja durante 70 minutos, los que demoró en entrar André Silva a falta de gol. Bruno Fernández trató de ser héroe en solitario en un juego de equipo y fracasó. Los campeones se diluían en tratar y no poder y hasta ahí llegaron las opciones de defender el título.

Bélgica pasó entre dudas y le espera una Italia en cuartos que les puede dar más de un trago amargo.