LUIS Enrique fue Luis Enrique y sorprendió con el once titular en La Cartuja ante Eslovaquia, donde España se jugaba el pase a octavos y quizá, él mismo, el puesto como seleccionador. 

Azpilicueta, Busquets y hasta Sarabia aparecieron en el césped y con protagonismo para fortuna del técnico español. Al frente tenían el equipo menos agresivo de la Eurocopa, pero los fantasmas de la sequía goleadora dejaban dudas sobrevolando la cancha.

A los nueve minutos Morata probó la paciencia de los españoles cuando erró un penal cometido a Koke y salió mal parado ante el distinguido. En el otro juego, Suecia ganaba desde temprano y ello tiraba un cable a La Roja.

Los Halcones, sin embargo, limpiaban el camino a los locales. Luego del penal atajado, Dubraka regaló un gol a España de la manera menos ortodoxa. En un remate de voleibol, el portero eslovaco intentó sacar un rebote en el palo a cualquier parte del universo, infinitamente mayor que la portería, y consiguió lo contrario.

Los de casa jugaban mejor, pero les costaba marcar ante un rival sin armas. Luego del descanso llegó el alivio con el gol de Laporte en la prolongación de un saque de esquina, le siguieron Sarabia y Ferrán Torres que entró por Morata y tardó un minuto conseguir lo que al de la Juve tres partidos.

Kucka puso la guinda al pastel con otro regalito en propia puerta. Esta es la Euro de los autogoles. El de Juraj fue el séptimo en lo que va de torneo y la marca anterior era de tres en 2016.

Otro dato: con este van dos partidos de dos goles en propia puerta. Los portugueses Rubén Días y Raphael Guerreiro lo hicieron antes frente a Alemania.

La marea roja jugaba con la tranquilidad de la segunda fase asegurada y conforme con la segunda plaza del grupo que supuestamente ganarían. Suecia le hacía el favor hiriendo de muerte a Polonia desde el minuto uno.

Lewandowski intentaba oxigenar y frenar la hemorragia polaca, pero dos cabezazos al palo en un córner le impedían recuperarse. Kulusevski apenas entró al partido recuperado del coronavirus para entregar el arma blanca a Forsberg y que apuñalara por segunda vez a su víctima.

El nueve del Bayern tiró de pundonor y clase, se jugaba un balón de oro y la clasificación de su equipo. Al minuto del 2-0 metió el descuento y empató luego al 83´, dejando siete y el descuento para la hombrada, pero el daño estaba hecho y Claesson, en el tiempo extra, remató a los polacos y los mandó a casa con dos verdades como una casa: con Lewa no le basta a esta Polonia a la que Paulo Sousa pide al estilo peras al olmo.

WILD WILD F

La última jornada del grupo F fue un ejercicio de atención y una prueba a las emociones, incluso para los más flemáticos. La tercera final del apartado, una adelantada entre el campeón defensor, Portugal, y el campeón del mundo, Francia, ponían en vilo a medio planeta. 

Del otro lado, Alemania, sabía de antemano que no recibía un manjar en la Allianz Arena. A los 10 minutos Szalai dejó colgados a Hummels y Ginter y paralizados a todos en el estadio.

El gol de Hungría sacaba de la fiesta a los teutones, que eran cuartos con la igualada en la Puskas Arena de Budapest. Allí, lusos y galos, empataban con un boleto en el bolsillo para cada uno. Así llegó el minuto 30 y un penal que Mateu Lahoz no dudó en sancionar. 

Lloris salió a despejar un centro al área y se encontró la cabeza de Danilo para dejarlo KO y levantar el miedo por su estado. Afortunadamente todo quedó en susto cuando el portugués se levantó y salió caminando. CR7 tomó la pelota y convirtió para poner a los suyos como primeros del grupo. 

En Múnich todo seguía el mismo curso. Hungría ponía una línea de cuatro por delante de la defensa de cinco y hacía el trabajo difícil para la delantera alemana. Gnabri no aparecía y Sané quedó por debajo de lo requerido, señalando a Low que decidió por él en lugar de Goretzka para sustituir a un Muller lesionado. La mitad del juego llegó con ventaja para los húngaros.

Santos, de otro lado, prescindió del doble pivote y metió a Renato Sánchez, especialmente motivado en las eurocopas. Su equipo jugaba bien, Moutiño y el mismo Renato controlaban el medio campo y le pelearon el balón a Kanté. 

Con el oxígeno cortado en la salida, Deschamps prefirió esperar atrás (no es novedad ver esta Francia sentirse bien sin pelota) y salir a la contra aprovechando la espalda de Semedo que sufría las galopadas de Mbappé.

La fórmula del vértigo le dio resultado a Les Bleus, sobre todo porque Mateu vio penal en un choque de Kylian con el exbarcelona, quien evidentemente tenía la posición ganada. Benzema convirtió el empate. Era el gol 28 con la selección para el madridista, el 27 fue en 2015, el 8 de octubre en un amistoso contra Armenia. 

Casi 6 años (sanción mediante) le costó el 28 y sólo un par de minutos el 29, los mismos en los que Portugal pasó de liderar el grupo a quedar eliminada como cuarta con el resultado parcial de ambos partidos.

Cristiano tiró de liderazgo y cargó con los suyos en hombros cuando Diogo Jota parecía disminuido y mermaba el rendimiento de Bernardo Silva y Moutiño. El de la Juve peleó un balón hasta la línea final del área francesa y cuando intentaba centrar encontró la mano de Koundé que penalizó también Lahoz. 

El mismo Ronaldo la mandó al fondo del arco de Lloris para devolver a los suyos a la Euro, con el empate a dos y la segunda plaza momentánea del grupo. Y así se inmortalizó en la historia como sólo él sabe y puede: a base de goles y récords. 

Si antes había superado a Miroslav Klose como el hombre con más goles sumando lides mundiales y eurocopas, esta vez alcanzaba al iraní Ali Daei como el futbolista con más goles para su selección, con 109.

Lo demás fue un pacto de no agresión. Con ambos conjuntos clasificados era conveniente no hacerse daño y pactaron las tablas con un cuarto de partido por delante y con cinco minutos de descuento otorgados por el colegiado español que parecieron una eternidad. 

En Múnich sufría Alemania para marcarle a Hungría hasta que Havertz estuvo vivo ante el error de Gulacsi y puso el empate justo después que Sallai la estrellara en el poste para avivar el fantasma de la eliminación y enfriar los corazones alemanes. 

Dos minutos, lo que tardó la revisión del gol anterior, le tomó a Schafer devolver el nudo a las gargantas teutonas. El partido fue amargo para la Mannschaft hasta el 84, en que Goretzka resolvió el empate a dos con un bombazo que hizo explotar a los presentes y congeló las almas húngaras a seis minutos de la gloria. 

Las cosas terminaron tal y como empezó la jornada. Francia líder secundada por Alemania, tercera Portugal que fue todo durante 90 minutos y a la que toca Bélgica en octavos. Hungría a casa, pero con la cabeza y la moral bien en alto.