ARGENTINA y Chile se enfrentaron en el arranque del grupo B de la Copa América de Fútbol y no defraudaron a los que esperaban un partido disputado.

La albiceleste arrancó teniendo las más claras oportunidades, a pesar de tambalearse en la salida.

El uruguayo Martín Lasarte, estratega de Chile, sabía dónde presionar para provocar el error del rival, mas le costó conseguirlo. Argentina no concretaba los acercamientos al área de Bravo, pero estaba cómoda con la pelota a sabiendas de contar con Messi.

El rosarino cobró una falta en la frontal que encontró resquicios entre la cabeza de Vidal, el que menos saltó en la barrera, y la mano de Claudio en un vuelo efímero hacia el ángulo. Otra vez Messi y otra vez la pelota parada.

La roja reaccionó y consiguió marcar. Vargas recogió un penal errado por Vidal o parado por Martínez, según de qué lado del fútbol entienda, y la mandó al fondo de la red. Con el marcador igualado Chile se asentó en el partido y fue a más.

Scaloni intentó cambiar los aires y dar frescura al ataque con la entrada de Di María y Palacios, y lo logró. El dinamismo que daba el del PSG, sin embargo, no pudo traducirse en goles hasta pactar la amnistía que no alegra a ninguno de los dos, pero tampoco molesta.

Paraguay y Bolivia completaron una jornada que fue de descanso para Uruguay. El partido de intrascendencia aparente significaba una final para ambos en la lucha por pasar la fase de grupos.

Los paraguayos se aproximaron rápido al área rival, pero la primera clara fue para Bolivia, que reclamó un penal por manos de Arzamendia dentro del área. El VAR demoró una eternidad en confirmarlo y Erwin Saavedra convirtió el 1-0.

La réplica no tardó, pero el acierto sí. Las oportunidades blanquirrojas no llegaban a buen término mientras los verdes jugaban a la contra con la ventaja a favor. El VAR volvió a revisar una falta, ahora en el área del frente. Dos penales pudo pitar el colegiado, uno por mano y otro por falta del portero, pero un fuera de juego de centímetros anuló la jugada.

Los guaraníes no encontraban el camino del gol en una mitad en que se repusieron ocho minutos por intervenciones del VAR, que llegaron a 11, resultando fatídico para Jaume Cuellar, quien vio la roja instantes antes del descanso.

César Farías, a falta de Marcelo Martins y otros jugadores debido a la covid-19, metió piernas en el área para poblar los carriles que tendría la albirroja con un hombre de más y se encomendó a aguantar como pudo. El vendaval de centros no daba tregua y el portero Rubén Cordano se erigía en muralla atajando hasta ocho claras.

El toto Berizzo entendió que necesitaba fuerza aérea y quitó a Roberto Piris para acompañar a Ávalos con Carlos González, quien a la primera de cambios remató un centro alto para que Alejandro Romero tomara el rebote y pusiera paridad en el marcador a la hora de partido.

El resto fue un soliloquio amenazante de los sureños. Nada menos que 34 disparos al arco boliviano al final del partido indican que el 3-1 final puede saber a poco para los de Berizzo.

Ángel Romero con doblete sellaba el marcador y Paraguay parece tener medio pie en cuartos, si los bolivianos no sorprenden.