Foto: JIT Colaborador

La Habana.- SHEYLA Hernández Estupiñán sueña con representar a Cuba en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Con solo 20 años de edad tiene por delante dos oportunidades para obtener su boleto en la división de 70 kg, en el parajudo.

Su debut internacional ocurriría en el grand prix de Bakú, Azerbaiyán, en mayo venidero. Entre esa lid y una similar en Birmingham, Gran Bretaña, deberá sumar los puntos de ranking para acceder a la capital nipona entre las ocho directas de su peso.

«Me siento muy bien en este regreso a los entrenamientos y voy a dar todo mi esfuerzo para competir en Tokio», aseguró a JIT la holguinera desde la Esfaar Cerro Pelado, donde junto a cuatro atletas del sector varonil se entrenan bajo un formato de “burbuja”.

«El día 8 de abril nos recogieron y para trabajar conmigo trajeron a Nairelis Fuentes, la primera figura de los 70 kilogramos en el equipo nacional convencional, así que hemos aprovechado muy bien estas jornadas y esperamos seguir de esa forma», analizó sobre la vuelta a los tatamis.

«Ya hicimos un primer modelaje con dos combates contra Fuentes y Arnaes Odelín (primera figura de los 57 kg) y se cumplió el objetivo de marcarles con técnicas», comentó la atleta que ascendió en esta disciplina de forma rápida.

Con solo 12 años de edad fue captada por el profesor Rafael Cabrera en la escuela Rolando Polan en su ciudad natal.

«Allí aprendimos los rudimentos, en la hierba, pues no había colchón. Me llevaron a un evento provincial y gané. En el curso 2013-2014 pasé a la Eide Pedro Díaz Coello por los resultados y mis condiciones físicas», dijo sobre sus inicios esta muchacha, quien luego llegaría a la preselección nacional.

«Obtuve el oro en los Juegos Escolares Nacionales de 2015, en Santa Clara, y por ello me ascendieron al equipo nacional en ese mismo curso. Pero no tuve tiempo de competir entre mayores por la edad y debido a que el problema de la visión se agudizó», detalló respecto a un camino truncado entre convencionales.

Hernández presentó problemas visuales desde los nueve años, según cuenta, y en 2018 le realizaron pruebas para determinar su afectación. Los resultados le permitieron integrarse a la escuadra de personas con discapacidad, reconocida por su trayectoria en citas parapanamericanas, mundiales y paralímpicas.

«No pude asistir a eventos, ni a la clasificación médica previa a los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019. Luego vino la pandemia. Ahora espero aprovechar estas dos oportunidades que se avecinan», anunció en conversación sostenida junto a su compañero en la vida, el igualmente parajudoca Yordanis Fernández Sastre, medallista de bronce en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 en 100 kg.

Sheyla tiene por delante una tarea difícil para incluirse en la lista a Tokio. En su peso clasifican por ranking seis atletas con certificación B2 (débiles visuales profundos) y B3 (débiles visuales), junto a dos B1 (ciegos). Es decir, ella tiene que ubicarse en el primer sexteto.

De acuerdo con el escalafón vigente, las 11 primeras son todas B2 y B3, y de ellas el sexto escaño le corresponde a la azerí Sulfiyya Huseynova con 400 puntos. Ese será el punto de referencia para la cubana, pues el quinteto anterior luce asegurado. En este momento está liderado por la brasileña Alana Martins, con mil 200 unidades, y lo cierra la turca Raziye Ulucam con 653.

El sistema de puntuación regente otorga 210 unidades a los primeros puestos en eventos como los de Bakú y Birmingham, y además se pueden sumar otras por las victorias ante rivales, según sea su grado de afectación de la visión.

De conseguir el boleto, Sheyla intentaría mantener al equipo femenino cubano en el medallero paralímpico, después que Dalidaivis Rodríguez, quien ahora no asistirá, ganara los títulos de los 63 kg en Londres 2012 y Río 2016.