Nidia guía a la niñaFoto: Cortesía Andrea Sophia

La Habana.- «ESTOY muy satisfecha. La mejor medalla que puedo recibir es la que me otorgue la Federación Cubana de Taekwondo (FCT)».

Así dijo a JIT recientemente la capitalina Andrea Sophia Herrera Rodríguez, de la categoría 11-12 años, una de las ganadoras en el Primer Campeonato Internacional de Poomsae organizado de manera virtual por la FCT.

Dueña de 17 títulos y una presea de bronce en ese tipo de lides, la Cinturón Negro Júnior, primer poom, constituye la principal figura femenina del llamado combate imaginario en el taekwondo cubano, y ya comienza a ser referencia internacional.

Con verbo poco común para una pequeña de 11 años de edad, la pionera más integral de su grupo desde tercer grado y jefa de colectivo desde el quinto, enfrenta un “combate” al que ya está acostumbrada: responder a periodistas.

«Sí, estuve primero en baile español, pero me gusta más el taekwondo y estamos en pandemia. Por eso las mañanas son para las teleclases y las tardes para entrenarme. También le dedico un poco de tiempo a los talleres y juego como todos mis amiguitos», expresa la tercera de cuatro hermanos, orgullo de Madelín y Andrés, y quien tiene como su fan número uno al abuelo materno Adolfo.

«En la casa hemos jugado de todo, desde parchís y ajedrez hasta los escondidos», dice mientras una foto muestra al más inquieto de la familia, el hermanito Raymond, último de la prole.

«Mi sueño es hacer el equipo Cuba de grande y ganar unos juegos olímpicos», concluyó la pequeña de 1.45 metros de estatura y 45 kilogramos de peso.

Actualmente se entrena en la Escuela de Taekwondo Escorpiones Blancos —del capitalino municipio de Boyeros, perteneciente al Combinado Deportivo Armada-Capdevila—, una de las más exitosas en los eventos online que han servido de paliativo en medio de la pandemia de la covid-19.

Actualmente más de 300 “escorpiones” se preparan en el tabloncillo de la Facultad de Ciencias Médicas Enrique Cabrera, ubicado muy cerca del prestigioso Laboratorio Antidoping de La Habana, en la intersección de las avenidas 100 y Aldabó, en el Reparto Altahabana.

Sus profesores son Nidia Muñoz Alemán, olímpica con la selección élite cubana, Alexis Díaz Catalá, Lisney Delis y Armando Martínez.

Nidia, fundadora de la Escuela, defiende objetivos precisos: impulsar la formación atlética y en valores desde las más tempranas edades.

Su paso por este arte marcial de origen coreano, con 15 peleas celebradas internacionalmente, de las cuales ganó nueve en igual cantidad de torneos en las divisiones de los 53, 57, 62 y 67 kilogramos, la convierte en excepcional, rango que ostenta como miembro del grupo Talentos Deportivos por el Mundo, liderado por el maestro mexicano José Adrián Castelán Romero, con filiales en naciones de América y Asia.

«Cuando comenzamos nos reunimos con los niños para definir el nombre de la Escuela. Le pedimos que escogieran un animal, vertebrado o invertebrado, y fueron mencionando hasta que eligieron el escorpión. Decidimos que fuera blanco porque no es una especie común. Queríamos que fuera único y reflejara la paz, la armonía, la pureza y todo el significado positivo de este color en nuestro deporte», expresó.

«El objetivo de nuestra Escuela es principalmente social: iniciar y preparar a niños y adolescentes como buenos atletas de este deporte, pero sobre todo formarlos como seres humanos útiles para la vida», apuntó.

«Como arte marcial, el taekwondo tiene principios como la disciplina y el respeto. Eso para nosotros es esencial. Nos basamos en el trabajo y la formación de las futuras generaciones para que el taekwondo llegue al corazón de todos sus practicantes y sirva de ejemplo de deporte en nuestra sociedad», expresó la otrora exponente del elenco antillano.

«Sin duda, “Andreíta” es líder entre los niños de la Escuela y no solo en su categoría», abundó.

«En cuanto al estilo, pudo ayudarle el baile español, pero su flexibilidad es innata y una importantísima condición o capacidad para esta disciplina, y aún más en el poomsae», detalló.

«Agreguemos que realiza las rutinas con soltura, muy concentrada. Tiene un futuro inimaginable», expresó la ahora profesora.

«Ella y Bastián Castro sobresalen en la categoría 11-12 años, y entre los cadetes Erick Ernesto Acevedo. Son nuestros principales atletas. Los veo en podios mundiales, como a otros que igualmente han llevado la Escuela a reconocimientos nacionales e internacionales.

»Los veo brillando y no solo en el poomsae. Contamos con practicantes de todas las categorías, desde los siete u ocho años hasta el primer nivel», finalizó Muñoz.

El presidente de la FCT, Iván Fernández, quien le entregó la cinta negra a Andrea Sophia, coincide con Alexis Roberto Díaz, jefe técnico del taekwondo en la provincia, en la apreciación de que estamos en presencia de una niña prodigio.

Díaz va más allá incluso, al vaticinar que Cuba ganará con ella su primera medalla olímpica en el poomsae, un sueño permanente de los Herrera Rodríguez, de los Escorpiones Blancos y de la gran familia del taekwondo en la Isla.