Foto: Cortesía entrevistadas

La Habana. – ANA FIDELIA Quirós y Nancy Frómeta hacen un dúo creativo excepcional.

Icono del atletismo mundial la primera, especialista de información del Inder la segunda, las une un marcado interés por la creación y se regocijan entre hilos y agujas.

«A Ana la conocía de sus proezas deportivas y por su presencia en el Inder. Su visita hace unos años al taller de creación del pintor Cecilio Avilés, cerca de Prado y Neptuno, aquí en La Habana, me confirmó su amor por las labores manuales y especialmente por la de tejer», dice Frómeta a JIT.

«A partir de entonces surgió la amistad y un proyecto de trabajo que dura hasta nuestros días. Juntas hemos hecho hasta exposiciones, porque Ana teje muy bien», confiesa la pequeña mujer que como su amiga sobrepasa la media centuria de vida.

Nancy es referencia cuando de mujeres creadoras se habla en el Inder, cuyo movimiento por este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, acaba de celebrar su cuarta edición en salones del Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Los días 6 y 7 de marzo, de forma virtual, las féminas del Inder en varias provincias activaron su movimiento para mostrar cuánto han hecho de la edición precedente a la fecha.

«Hemos sido reconocidas en varios eventos. Eso enorgullece y nos compromete a buscar, a estudiar más, porque perfeccionar lo que se hace cada día embellece mucho más la obra», señala la profesora de manualidades en varios centros comunitarios capitalinos.

Entre esos reconocimientos destaca el recibido por exponer en la Convención Internacional de Actividad Física y Deporte (Afide) en 2019.

«Fue un honor exponer en un certamen científico de tanto prestigio. Lo disfrutamos mucho. Inolvidable», finalizó orgullosa Nancy.

Ana Fidelia considera que, amén del placer que genera bordar o tejer, hay una dosis de sacrificio del que no se percatan mucho las cradoras.

«He tenido que deshacer trabajos y volver a comenzar. Hay piezas en que no te puedes equivocar en lo más mínimo, porque un error puede provocar un cambio total en lo que pensaste hacer», señala la multicampeona mundial.

«Trabajar con Nancy me ha aportado mucho. Ella tiene experiencia y paciencia para enseñar. Mientras yo corría y tejía, ella trabajaba y tejía, bordaba y hacia hasta orfebrería», comenta sonriente.

Ana comenzó su labor de creadora con agujas hechas de partes del árbol del coco, pasando por los rayos de bicicleta hasta las agujas de plástico.

«De adolescente di mis primeros pasos y las agujas y el hilo me acompañaron en giras internacionales de atletismo. Incluso me calmaba en las competencias. Las agujas siempre estuvieron conmigo en mi vida deportiva», señala la bien llamada Tormenta del Caribe, por la velocidad que imprimía a sus piernas en la vuelta al óvalo.

«También fue entretenimiento en los entrenamientos y ensayos de mi hija en el ballet. Me distrae, lo disfruto mucho. Cuando ves un trabajo bien bonito es como ganar una medalla de oro. Da una satisfacción inmensa», abunda.

«Por eso respeto a Nancy y a otras muchas que con conocimiento y sacrificio ganan medallas desde la posición de creadoras para hacer más bonita la vida», concluyó quien dio desde las pistas felicidades a raudales a los cubanos y seguidores internacionales como atleta.

Ana Fidelia es hoy reconocida, y no solo entre sus similares del movimiento deportivo cubano, por su quehacer cotidiano de creadora.

Esas insustituibles flores autóctonas engrandecen aquí, este 8 de marzo, el proyecto de amor en Revolución.