Ciego de Ávila.- NO ACTÚO ni pienso parcializadamente cuando afirmo que al béisbol cubano le viene muy bien que Pinar del Río cumpla una actuación relevante en la 60 Serie Nacional.

Los Vegueros al mando de Alexander Urquiola acaban de sacar del campeonato el impensado líder de la fase clasificatoria, Sancti Spíritus, y eso no clasifica de ningún modo como sorpresa.

En cualquier caso, el desenlace aporta matices nuevos a una contienda marcada por la COVID-19 y obligada al paro tras la fase de cuartos de final.

Los pativerdes barrieron a los Gallos (9×7, 15×4 y 9×8) bateando como nunca en esta campaña y apoyados en tremendo cerrojo para las postrimerías, a base de Frank Luis Medina, Liván Moinelo y Raidel Martínez. ¡En fila!

Su ataque produjo 33 carreras y 44 jits, todo ante el segundo mejor cuerpo de serpentineros de la etapa regular. Recordemos que los yayaberos también bajaron de cuatro limpias por partido como promedio (3.91).

Sin embargo, si algo demostraron los occidentales a lo largo de la campaña es que el pitcheo funciona como corazón en este deporte. Argumentaron perfectamente aquello de que representa el 70 por ciento de posibilidades en cada partido, y por tanto en cada competencia.

La media ofensiva del torneo fue de 296, pero a su staff le produjeron 30 puntos menos (269). Desde el cajón sus hombres lo hicieron para 284, solo por encima de Villa Clara (272) e Isla de la Juventud (272), ambos eliminados del evento hace rato. Se aprecia claramente el valor del pitcheo.

Desde hace tiempo, el desequilibrio entre renglones afecta a muchos equipos de la serie nacional. Sucede, sobre todo, que los bateadores se pasan la campaña golpeando a tiradores de la media y luego, en la postemporada, se concentra la calidad sobre el box y la ofensiva se muestra a otro nivel. Eso mismo, pero más grave, sufrimos en lides internacionales.

Pinar contó durante muchos años con temibles nóminas en todos los sentidos. Por eso sus tantos trofeos. Sin embargo, en la época posterior a Casanova, Linares y otros distinguidos “toleteros” sus equipos siguieron brillando. Si miramos lo sucedido en las últimas 28 temporadas apreciaremos que en 17 lograron incluirse en el cuarteto de lujo.

Eso ratifica que hablamos de un plantel adaptado a ganar mediante “ecuaciones” diversas, pero todas basadas en la profundidad desde el montículo.

La etapa semifinal de la 60 Serie, pospuesta durante días o semanas, quién sabe, estará marcada probablemente por la salida de peloteros a ligas foráneas (Moinelo, Raidel, etc.), de ahí que los refuerzos reconfigurarán todavía más el escenario competitivo.

Sin este aplazamiento todos juraban que la dirección pinareña pediría varios bateadores, pero ahora no queda tan claro. El balance de su nómina, redondearla, podría transitar por otros cauces.

De todos modos, la apuesta de los Vegueros será seria y meditada, así que los rivales pasarán trabajo para rendirles. ¿Lo dudan?