La Habana.- LA FEDERACIÓN Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA, por sus siglas en inglés) efectúa una consulta para establecer un nuevo sistema de clasificación en el parajudo, que de aceptarse estaría en práctica de cara a los Juegos Paralímpicos de París 2024.

Tras un estudio realizado por científicos de la Vrije Universiteit Amsterdam, IBSA ha lanzado un intercambio con atletas, entrenadores, federaciones, oficiales y clasificadores. El propósito es socializar los resultados de la investigación, lo cual pudiera incidir en cambios de acuerdo con los pronunciamientos.

Las recomendaciones principales del centro de altos estudios holandés son la creación de dos clases para las competiciones, una entre atletas débiles visuales (B2 y B3) y otra entre ciegos (B1), quienes hoy se enfrentan entre sí en los deportes individuales.

Los competidores de las tres categorías pelean unidos, sin importar su grado de visión, cuyo nivel de deterioro también ha sido objeto de la mirada de los acreditados expertos holandeses.

El análisis evidenció el impacto de la discapacidad visual, pese a que los combates comienzan con agarre sancionado por los árbitros en el centro del tatami, y concluyó que los de mayor afección en la vista están en desventaja en relación con los resultados finales.

Por ello, las recomendaciones del centro oficial de investigación y desarrollo de clasificación del Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés) son obvias: una clase para ciegos con agudeza visual por debajo de 2.5 logMAR, y otra para débiles visuales con mínimo de 1.3 logMAR a 30 grados de radio en ambos ojos. Las pruebas no serán solo al ojo más sano, sino a los dos.

Por lo pronto, IBSA ha anunciado un comité de implementación encabezado por su vicepresidente, el canadiense Robert Fenton, e integrado además por cuatro importantes figuras de la entidad, entrenadores de Brasil, Finlandia, Canadá y Jamaica, y la atleta sueca Nicolina Pernheim (B1). Con ello, todo apunta a hacerlo efectivo después de los Juegos Paralímpicos de Tokio.

«Creo que es positivo ese pronunciamiento, principalmente para nosotros los atletas calificados B2 y B3 en relación con el ranking clasificatorio para los juegos paralímpicos, debido a las cuotas vigentes ahora», opinó Yordani Fernández, cubano medallista de bronce en la división de 100 kg en Río de Janeiro 2016.

«Por ejemplo, en mi peso actual, más de 100 kg, para Tokio están garantizados los dos mejores atletas B1 que estén dentro de los 20 primeros del ranking, y para los B2 y B3 hay seis plazas por ese sistema. Es decir, puede que un B1 ubicado en un lugar por encima del puesto 10 deje fuera a otros en lugares más bajos», aseguró a JIT en conversación telefónica desde Santiago de Cuba, donde cumple una base de entrenamiento.

Para ejemplificar esto, de comportarse el escalafón como hasta la última actualización antes de la pandemia, en la división de 66 kg el argentino Eduardo Gauto, el ruso Viktor Rudenko y el puertorriqueño Luis Pérez, todos B1 con los números 11, 13 y 20, respectivamente, entrarían por encima de otros mejor clasificados, pues en ese peso son tres los determinados por las reglas.

Para el avezado técnico Senén Ramos, la partición en dos clases «se veía venir, sobre todo por el incremento de los judocas sin visión ninguna y su mayor participación en eventos internacionales».

Ramos, quien está al frente del equipo cubano desde 2001, coincidió en el lado positivo para nuestro país, ya que no tenemos atletas ciegos en la disciplina.

Actualmente, además de Fernández en el lugar 13 del ranking, aparecen otros dos con buenas posibilidades de clasificar a la capital nipona, dígase Gerardo Rodríguez (81 kg) e Isao Cruz (100 kg), los dos en los escaños 10.

Ese listado data del 20 de enero pasado y debía actualizarse tras el recién cancelado Grand Prix de Judo de Bakú, Azerbaiyán, país que se encuentra en un conflicto armado con su vecino Armenia. Ese evento lo mantenía IBSA para sumar puntos y estaría en los planes de las selecciones cubanas de cada sexo.

En el sector femenino solo aparece la doble campeona paralímpica en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 en los 63 kg, Dalidaivis Rodríguez, inscrita como decimotercera en +70 kg, al reincorporarse de su maternidad. Con ella deberá trazarse una estrategia efectiva de acuerdo a cómo retorne a pesos menores, por las pocas competencias anunciadas hasta el 31 de mayo, cierre del ranking.

Volviendo a la consulta y los cambios propuestos, si se ponen en marcha otro problema a solucionar sería la cuota para las versiones paralímpicas. Tokio tendrá 80 hombres y 58 mujeres en 13 divisiones. En París, de aprobarse todo, la disyuntiva estaría en adaptar la cifra de participantes a las categorías por discapacidad, porque los organizadores e IPC no quieren canjes en las cantidades por deportes.