La Habana.- EL PRESIDENTE de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el titular del Inder Osvaldo Vento Montiller rememoraron hoy a través de su cuenta en la red social Twitter el abominable Crimen de Barbados.

«El crimen de Barbados fue un acto cobarde, asesino y cruel de terrorismo apoyado por el imperio. El pueblo cubano indignado lloró, pero también ratificó su convicción de soberanía, no se rindió y la Revolución en pie es el peor castigo para los asesinos.#SomosBandera de Cuba #SomosContinuidad», tuiteó el mandatario.

«Dolor y compromiso para #InderCuba, que perdió a jóvenes y talentosos esgrimistas entre los 73 pasajeros de Cubana de Aviación fallecidos el 6 de octubre de 1976 en el conocido Crimen de Barbados. #SomosCuba #SomosContinuidad #LaInjusticiaTiembla #NoAlTerrorismo», escribió Vento Montiller.

El 6 de octubre de 1976 ocurrió el monstruoso y repugnante acto terrorista cometido contra un avión de la aerolínea Cubana de Aviación en que perecieron 73 personas a bordo, de ellas 57 cubanos, 11 jóvenes guyaneses y cinco ciudadanos de la República Popular Democrática de Corea.

El atentado fue cometido por dos mercenarios de nacionalidad venezolana, contratados por dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, los connotados terroristas de origen cubano: Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles.

Debido a la situación epidémica que vive Cuba y el mundo este año las actividades de recordación han sido menos, pero la luctuosa fecha está en cada corazón de revolucionario de la patria de Martí y Fidel y del planeta.

A pesar del asedio financiero, comercial, económico, militar y mediático estamos aquí, más fuertes, en homenaje perenne a los tres mil 478 mujeres, hombres y niños cubanos muertos a manos de los sicarios de la CIA y sus tentáculos.

HOMENAJE EN NECRÓPOLIS CRISTÓBAL COLÓN

Representantes del pueblo cubano, incluidos exponentes de su movimiento deportivo, llegaron hoy hasta la Necrópolis Cristóbal Colón, en La Habana, para rendir homenaje a las 73 víctimas del sabotaje a una nave de Cubana de Aviación en Barbados.

El crimen, acontecido el 6 de octubre de 1976, fue perpetrado por dos venezolanos y organizado por Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, terroristas de origen cubano que trabajaron al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

La solemne ceremonia estuvo acompañada por ofrendas florales enviadas por el General de Ejército Raúl Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Miguel Díaz-Canel, presidente de la República; los consejos de Estado y de Ministros, y distintas organizaciones.

Los asistentes escucharon las notas del Himno Nacional, y colocaron rosas en el panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en recordación a los caídos por el terrorismo de Estado.

Una de las presentes fue Ileana Alfonso, hija de Demetrio Alfonso, presidente de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Esgrima en 1976, y quien se encontraba a bordo del vuelo CU-455 que partió desde Guyana hacia La Habana, con escalas previstas en las islas de Trinidad y Tobago, Barbados y Jamaica.

En declaraciones a Prensa Latina, Ileana Alfonso expresó que lo acontecido en Barbados fue producto del odio contra Cuba, y que duele ver cómo nunca se pudo hacer justicia con Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, los autores del siniestro, quienes murieron sin cumplir condena.

Hoy, a 44 años del crimen en Barbados, y a pesar de que cada 6 de octubre acude al cementerio Colón, ella no puede ocultar su dolor ante los numerosos actos terroristas contra la mayor de las Antillas.

En este sentido, recordó las palabras del líder Fidel Castro Ruz en el acto de despedida de las víctimas del avión destruido en pleno vuelo, efectuado en la Plaza de la Revolución de esta capital el 15 de octubre de 1976.

Entonces, en alusión a los 24 miembros de la delegación ganadora de todos los títulos en el Campeonato Centroamericano de Esgrima disputado en Venezuela, el líder de la Revolución dijo: «No alcanzarán el honor de la olimpiada, pero han ascendido para siempre al hermoso Olimpo de los mártires de la patria».

«Eso tiene que recordarlo el pueblo de Cuba, tener en cuenta todo lo que hemos pasado por culpa del terrorismo; muchas familias estamos de luto siempre», aseguró Alfonso.

Cada 6 de octubre se conmemora en Cuba el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, y se rinde homenaje a las tres mil 478 personas que murieron y dos mil 99 que quedaron incapacitadas como consecuencia de las agresiones de Washington contra la isla.

CAMPEONA CENTROAMERICANA REPUDIA EL CRIMEN

La esgrimista cubana Alina Expósito, campeona centroamericana de florete en Puerto Rico 1966, repudió hoy en Santa Clara el crimen perpetrado al explotar un avión que despegaba del aeropuerto de la isla de Barbados.

A 44 años del asesinato, Expósito leyó un poema de su autoría ante un nutrido grupo de entrenadores y deportistas de la central provincia cubana de Villa Clara.

«Ni los años han logrado / mitigar nuestro dolor / ni el recuerdo del horror, / por el crimen de Barbados. / El crimen es recordado / como la acción terrorista, / más horrenda y fascista / registrada en nuestra historia / luego de alcanzar la gloria / el equipo de esgrimistas», declamó.

Integrante de la selección cubana de esgrima de 1966 a 1968, Alina Expósito fue compañera de equipo en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico de dos de los fallecidos en Barbados: el espadista Orlando López y el floretista y sablista Luis Morales, ganadores también de la medalla de oro en ese torneo.

«Morales, a quien le decíamos Villito, era una persona muy alegre, muy cubano, con mucha experiencia en la técnica de la esgrima, conocimientos que diariamente nos trasmitía», dijo hoy a Prensa Latina la destacada exesgrimista.

Fue amiga, además, de Demetrio Alonso, quien iba al frente de la delegación; del armero Jesús Gil, y de Leonardo Mckenzie, reveló.

Expósito, también medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967, ingeniera mecánica de profesión, señaló hoy que la noticia del atentado «fue uno de los momentos más impactantes de mi vida, y aunque han pasado 44 años, aún tengo en mi pupila el semblante de mis compañeros caídos».