La Habana.- DAYRON Robles apenas había salido de la adolescencia cuando tocó la fama en su máxima expresión. Con 21 años de edad se convirtió en el hombre más rápido del planeta en los 110 metros con vallas.
El récord de 12.87 segundos pasó a la historia desde la ciudad checa de Ostrava hace hoy exactamente 12 años. Y aunque ya no aparece como vigente en el libro del atletismo —Aries Merritt lo rebajó siete centésimas en septiembre de 2012—, tiene el valor de figurar como el segundo en el ranking de todos los tiempos.
Dayron vivió un 2008 de ensueño, pues no solo corrió perfecto aquel día en el Mitin Zapatillas Doradas, sino que meses después vivió la gloria olímpica en Beijing (oro), algo solo reservado a los elegidos.
El guantanamero ha dicho que aquella tarde en Ostrava su cuerpo fue una máquina perfecta. «Pasé años trabajando en busca de la perfección. Ese día la logré», comentó en reciente intercambio con la Agencia de Noticias EFE desde la Isla, donde ahora maneja su propio negocio.
Dueño de una potencia espectacular para pasar sobre las vallas, de porte elegante y una inteligencia privilegiada, Dayron sabe que pudo conseguir mucho más en el deporte.
En más de una ocasión ha reconocido que por momentos perdió confianza, que pensar demasiado le hizo daño y por eso quizás le fueron esquivas otras metas, como el título mundial al aire libre.
Alumno de la reconocida escuela cubana de vallas, el guantanamero de 33 años podría competir todavía si las lesiones no le hubieran afectado tanto, como tal vez sucedió con algunos desencuentros fuera de las pistas.
Lo cierto es que la historia del atletismo cubano ubica a Dayron en un lugar sobresaliente. Fue y será uno de los grandes del llamado Deporte Rey, su huella quedó marcada a base de talento y esfuerzo. Siempre tendrá motivos para celebrar la fecha del 12 de junio, el día de su carrera perfecta que todos recordaremos.
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