La Habana.- PESE a la posposición para 2021 de los Juegos Olímpicos de Tokio, la judoca cubana Idalys Ortiz aspira a una cuarta aparición a ese nivel y al segundo título en la división de +78 kg.

«Mi propósito, lógico, es tratar de conseguir la medalla de oro», declaró a JIT quien de lograrlo se convertiría en la judoca cubana de mejores resultados olímpicos, y en la segunda más premiada de la historia en las ocho ediciones femeninas.

La artemiseña, dueña de un bronce en Beijing 2008, del metal áureo en Londres 2012 y de la plata en Río de Janeiro 2016, conversó a través de Facebook sobre el panorama actual y otros temas de cara a la venidera cita bajo los cinco aros.

«Creo que fue lo más racional para preservar la salud de los atletas», aseguró sobre la postergación del importante evento cuatrienal debido a la expansión de la pandemia de la COVID-19.

«Eso es igualdad para todos, no hay ventaja para nadie» apuntó respecto a una lid para la cual se preparaba con fuerza y grandes posibilidades de éxito.

«Ahora solo debemos mirar el lado positivo, tenemos más tiempo para entrenarnos y las que están alejados de la clasificación tienen mayor margen para crear estrategias y conseguir entrar por el ranking», especificó en torno a los posibles cambios en el escalafón de acceso, con 18 boletos directos por cada categoría y 100 por cuotas continentales.

Sobre la posible incidencia del alargue en su caso dijo: «No veo ninguna afectación. Todos pensamos y creemos en el tabú de la edad, cuando vemos que la carrera de un atleta viene en descenso. Creo que no es mi caso. Llegaré con casi 32 años de edad, pero las demás atletas también cumplirán».

Idalys deberá preocuparse allí de varias rivales, aunque el listado definitivo seguramente tendrá ajustes. Citamos principalmente a la japonesa Akira Sone, ya anunciada en la nómina anfitriona.

«Sone es una gran atleta que también está luchando por hacer su historia», comentó respecto al desenlace de otro posible duelo contra su victimaria en la final del Campeonato Mundial de Judo de Tokio 2019, y frente a quien posee balance adverso de 1-3 en los dos últimos años.

Ortiz escolta en las estadísticas históricas a una de sus actuales entrenadores, Driulis González, quien asistió cinco veces al Olimpo y capturó cuatro medallas (1-1-2).

«La vida pone a uno en el lugar que le corresponde, si Dios quiere y llega a suceder entonces estaría muy feliz de ver tanto sacrifico convertido en éxito», opinó de una eventual medalla en el Nippon Budokan el verano entrante.

Será muy difícil su llegada a París 2024, pero del futuro de su carrera consideró que «solo Dios sabe hasta dónde y cuándo puedo llegar activa. Ya sabemos que no podemos hacer planes, como lo demostró la naturaleza ahora con el nuevo coronavirus».

Esa pandemia, como a todos los deportistas cubanos, la confinó al asilamiento en su hogar, donde la ha pasado «en familia, en cuestiones personales y haciendo de todo en la preparación física», finalizó.

Ortiz intentará mejorar su posición como tercera en el acumulado de medallas en la historia olímpica, posición que comparte con la norcoreana Kye Sun-Hui (1-1-1, de 1996 a 2004). Ambas secundan a la japonesa Ryoko Tani (Tamura antes) con 2-2-1 entre 1992 y 2008, y a González con resultados entre 1992 y 2004.

Solo dos oros han podido conseguir, además de Tani, la china Xian Dongmei, las niponas Ayumi Tanimoto y Masae Ueno, y la estadounidense Kayla Harrison.

Idalys, de mantenerse el ranking actual, será una de las cuatro sobrevivientes desde Beijing 2008, junto la argentina Paula Pareto, la brasileña Ketleyn Quadros y la tunecina Nihel Cheik-Rouhou.