La Habana.- «CON sentimientos de tristeza y responsabilidad cada vez mayores, tenemos que enfrentar los crecientes niveles de alarma que surgen desde diferentes fuentes, pero que nos afectan».

Así expresó recientemente sobre la pandemia de la COVID-19, a corredores, organizadores de carreras y amigos, el español Paco Borao, presidente de la Asociación de Maratones Internacionales y Carreras de Distancias (Aims).

Este domingo debió celebrarse la Maratón de Londres, una de las más prestigiosas del planeta, pero como tantas otras quedó aplazada. En su caso se ha fijado para octubre con la asistencia de atletas de élite únicamente.

Esa convocatoria, que el año pasado reunió a unos 43 mil corredores, recibirá un duro golpe cuando solo los profesionales cubran el hermoso circuito londinense.

Los organizadores de otras pruebas emblemáticas, como la de Berlín, sufren idéntica preocupación, teniendo en cuenta la decisión del estado alemán de no celebrar eventos con más de cinco mil personas hasta el 24 de octubre.

Del calendario 2020 de la Aims ya fueron pospuestas 41 lides, 62 están en la lista de reprogramación y 37 quedaron canceladas.

Se incluyen –obviamente- las más connotadas maratones y ultra maratones, medias distancias y carreras a campo traviesa.

Entre las primeras aparecen las de Milán, en Italia; Rotterdam, en  Países Bajos; Sao Paulo, en Brasil; Almaty, en Kazajistán; Nagano, en Japón; y Boston, en Estados Unidos.

Los responsables de la prestigiosa Maratón de Chicago —aún programada para el 11 de octubre— están ofreciendo a los inscritos la oportunidad de cancelar y garantizar un lugar el próximo año.

Eso debido a que no hay reembolsos en caso de cancelación, y esa posibilidad está más que latente. Estados Unidos, la nación más desarrollada y poderosa del mundo, se acerca al millón de enfermos y los 60 mil fallecidos como consecuencia del nuevo coronavirus.

Y tal calamidad sucede en un país en que su presidente, el magnate Donald Trump, propone tomar desinfectantes, inyectarlos en el cuerpo de los pacientes de la COVID-19, o “golpear” a estos con una «tremenda luz ultravioleta». Increíble.

Para algunos expertos, la cancelación de grandes carreras o que solo se permita correr en esas es lo de menos ahora mismo. Lo más duro tiene que ver con la prohibición total de la ejercitación física.

En Reino Unido, por ejemplo, se permiten todavía las rutinas diarias, pero naciones como Italia, Francia y Sudáfrica lo han prohibido o restringido a los alrededores de las casas.

Para paliar la situación, los ejecutivos de Aims han estimulado los maratones en línea, mientras se suman al llamado a quedarse en el hogar.

Una de las concreciones más publicitadas al respecto tuvo como protagonista al francés Elisha Nochomovitz, quien tras no poder mostrar sus cualidades en la Maratón de París, por su posposición, cumplió los 42 kilómetros y 195 metros en su balcón de siete metros.

En otras naciones, aunque la normalidad tampoco ha sido decretada, se asumen posturas menos estrictas. El gobierno austríaco, por ejemplo, levantó las restricciones a los atletas profesionales que usan instalaciones de entrenamiento.

De ese modo, alrededor de 600 deportistas ya pueden prepararse en sus sedes habituales, incluidos los siete centros nacionales de entrenamiento olímpico del país.

Cuba mantiene serias restricciones y se acerca, según los modelos de pronósticos, al pico nacional de la pandemia. El llamado es a quedarse en casa.

Su principal convocatoria pedestre, Marabana, sigue prevista para el tercer domingo de noviembre, y todos confiamos en que puedan escucharse otra vez los silbatazos.