La Habana.- CADA jornada cuenta para el canoísta cubano Fernando Dayán Jorge, pues a pesar del impacto de la COVID-19 mantiene el sueño de conquistar una presea en los Juegos Olímpicos de Tokio.
«El objetivo está intacto, queremos traer una medalla para Cuba y por eso no perdemos tiempo. Seguimos con la rutina programada para la casa por nuestro entrenador Yosniel Domínguez», expresó desde su natal Cienfuegos este multimedallista joven, autor de una encomiable faena junto al veterano Serguey Torres.
«De algún modo me ayuda a mantener la forma física mi hermano Luis Daniel, quien se preparaba para ganar medallas, también en la canoa, durante los juegos pioneriles de este año. El coronavirus, como a todos los atletas, le ha obligado a cambiar los planes», abundó.
«Todos en la familia ayudan. Somos dos atletas en casa, como dice mi hermano, quien aprende y sigue la tradición familiar», amplía Fernando.
«Ejecuto rutinas diarias de preparación para mantener la forma, pues llegado el momento hay que estar bien para “entrarle” al agua», señaló el multilaureado en campeonatos mundiales, copas del mundo y eventos continentales.
Ambos, junto al joven José Ramón Pelier, el profesor Domínguez, el doctor, la sicóloga y el fisioterapeuta cumplieron 14 días en el Centro de Aislamiento Sucre, en el municipio matancero de Jagüey Grande, tras el abrupto regreso de México, donde cumplían una base de entrenamiento.
«Llevábamos 15 días cuando se determinó que retornáramos a Cuba, una sabia decisión de la dirección del Inder, pues todos sabemos lo que implica la COVID-19», destacó.
«Ahora mantengo la comunicación, hablo casi a diario con Serguey y Domínguez. Estamos activos, concentrados en la medalla olímpica que sería un gran regalo para Serguey.
»Él quiere retirarse con esa presea, la única que le falta. Para mí sería un gran honor darle esa felicidad», finalizó.
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