La Habana.- CON LA celebración en la Ciudad Deportiva de una nueva edición, el Encuentro Latinoamericano de Baloncesto cumple 25 años.

Desde el martes dos equipos de Puerto Rico, otro par de Panamá y cuatro de Cuba juegan el tradicional evento de minibaloncesto en las categorías de 10 y 12 años.

Dos fundadores del proyecto iniciado en 1994 como Encuentro Cubano-Boricua, el puertorriqueño Víctor Ortiz y el cubano Ruperto Herrera, recibieron placas de reconocimiento previo a la inauguración del certamen que estrena tabloncillo en el recinto capitalino.

Con Ortiz conversó JIT tras la apertura de la lid.

¿Cómo surgieron estos encuentros?

Fue una idea de Gonzalo Olivier, quien presidía la Liga Mayagüezana de Baloncesto y tuvo la iniciativa. Estuvo a cargo de las primeras cuatro ediciones y yo después.

Han sido de gratos recuerdos y de experiencias inolvidables desde aquella primera versión en Santiago de Cuba. Ya al año siguiente se trasladó a La Habana.

En 1997, tras jugar dos días, pasó un huracán por aquí y tuvimos que dejar el evento. En 1998 el huracán pasó por Puerto Rico, pero así y todo vinimos con dos equipos.

El 2017 fue el único año en que no se dio porque nuestra isla sufrió la destrucción por el huracán María.

¿Por qué cambió de nombre?

Para abrir la participación a otros países, en dependencia de sus recursos. Por ejemplo, en 2016 trajimos cinco equipos nuestros, casi 200 personas, porque muchas veces viajan padres y otros familiares.

Ahora vinimos con dos, todavía en recuperación después de María, y la participación de Panamá da mucha fuerza.

Han sido muchos esfuerzos… ¿El otorgamiento del permiso para venir?

Nosotros, como ciudadanos de un país asociado de Estados Unidos, debemos cumplir sus leyes. Afortunadamente estamos en la categoría de intercambio deportivo, de las pocas aprobadas por el Departamento del Tesoro y por ello podemos seguir asistiendo.

No podemos venir de turismo exclusivo, pero sí para estos encuentros. Aunque no dejamos de informar a nuestros integrantes de Cuba y su historia. Por ejemplo, antes de viajar les hice una presentación sobre los 500 años de La Habana y ya hicimos un city tour. Así fomentamos la solidaridad y hermandad entre nuestros pueblos.

En muchas ocasiones los equipos de Puerto Rico han ganado… ¿Siguen creciendo en sus ligas?

Los clubes nuestros comienzan con niños de tres o cuatro años. Los torneos oficiales desde los seis, es decir lo hacen desde muy tempranas edades con reglas especiales para protegerlos.

Yo estuve dirigiendo por 10 años la liga 7-10 en la rama masculina. En el torneo nacional participan cerca de 600 equipos y 7 mil 500 jugadores, lo que habla de una masificación en el país.

En Puerto Rico el baloncesto es el deporte número uno. De las 215 federaciones de la Fiba muy pocas son el deporte nacional en sus países. En Puerto Rico se vive y hay pasión por el baloncesto al punto de destronar al béisbol.

En las “ventanas” de Fiba este año en todo el mundo fuimos la cuarta mejor sede, eso explica cómo lo vivimos.

¿Eso explica por qué ahora Puerto Rico le gana a Cuba también en el femenino para mayores?

En el femenino hay un trabajo de las ligas y con la captación y formación de los talentos. Eso he mejorado nuestras selecciones.

También tenemos una peculiaridad, en la isla viven 3,3 millones de personas y en Estados Unidos cerca de cinco. En el caso del femenino las jugadoras de ascendencia puertorriqueña son muchas.  

Estos son encuentros no solo deportivos…

Nosotros venimos a una competencia, pero también venimos en hermandad y solidaridad con los cubanos. Siempre traemos algunas donaciones de balones, pizarras, mallas y tenis, como parte de una gran relación de amistad con la federación cubana.

Aquí está Ángel Toro, administrador de la federación de Puerto Rico, quien en el congresillo declaró que siempre apoyarán estos eventos y otros intercambios.