Doha, Catar.- LA MITAD del Campeonato Mundial de Atletismo ya transcurrió en esta ciudad y más allá de las hazañas deportivas, que no han sido pocas, una sombra de preocupantes noticias se posó sobre la cita “apuntando” en varias direcciones.

La expulsión del entrenador estadounidense Alberto Salazar es el más reciente tema para el debate entre quienes dan cobertura periodística a la justa, también marcada por fuertes críticas a las condiciones en que se celebraron la carrera de maratón entre mujeres y las pruebas de marcha.

Salazar, reconocido preparador de medio fondo y fondo, responsable del Nike Oregon Project radicado en esa ciudad de Estados Unidos, fue suspendido por la Agencia Mundial Antidopaje (Usada), que dio a conocer una sanción de cuatro años por el uso de métodos prohibidos y los intentos de manipular controles de sustancias ilegales.

La propia Federación Estadounidense de Atletismo solicitó a la Iaaf que retirara credencial al famoso técnico, y todo atleta que siga manteniendo relaciones con él será igualmente sancionado.

La holandesa Sifan Hassan, ganadora el pasado sábado de los 10 mil metros con un remate a un ritmo de cierre nunca antes visto, es una de las participantes en el mencionado proyecto, igual que los ochocentistas estadounidenses Clayton Murphy y Donavan Brazier, ganador y octavo lugar, respectivamente, en la final de esa especialidad celebrada en la noche de este martes.

El etíope Yomif Kejelcha, actual recordista del orbe en la milla, y que saldrá ahora en los 10 mil, y la alemana Konstanze Klosterhalfen, inscrita en los 1500 y 5000, son otros de los preparados bajo los auspicios de la Nike y su base radicada en suelo norteño.

También estuvo bajo las órdenes de Salazar el británico Mohamed Farah, un hombre imbatible en las distancias de 5000 y 10000, con múltiples medallas olímpicas y mundiales, pero que en anteriores momentos dirigió fuertes críticas hacia la situación desencadenada hace dos años.

Lo cierto es que este nuevo revuelo llega para “agitar” el ya convulso Mundial, a pesar de que sus organizadores intentaran evitar los cuestionamientos celebrando por primera vez las carreras de largo aliento a medianoche para evitar las altas temperaturas y la humedad reinante.

Esa era la intención, pero en vano. La idea no pudo ser más desastrosa, con 28 abandonos en la maratón femenina más lenta de la historia de estas justas y con escasísimo público.

Las imágenes de participantes recibiendo atención médica, trasladadas en camillas o sillas de ruedas, algunas incluso necesitadas de recibir hidratación por vía intravenosa, no serán olvidadas en largo tiempo.

Quejas acerca de la horrible sensación sentida al respirar y el excesivo calor, que sobrepasaba los 37 grados, se convirtieron en el tema más tratado en los dos primeros días de este mundial.

Especialmente agresiva ha sido la prensa española y no solo con la inusual programación de estas pruebas, también con la pobre asistencia al Khalifa Stadium y –según ellos – la limitada divulgación en las parrillas de muchas televisoras, además de la triste coincidencia con otros eventos deportivos que han acaparado mayor atención.

A tales criterios se han sumado exestrellas como los estadounidenses Carl Lewis y Michael Johnson, el primero de ellos compartiendo con gran parte de los medios de prensa acreditados aquí y el segundo durante su función como comentarista oficial de la BBC.

Lewis, 10 veces medallista de este tipo de torneos, consideró que la Iaaf no ha evolucionado al ritmo que necesitan los atletas y ofreció ejemplos que en su opinión sustentan la teoría, especialmente el mantenido valor de los premios que se ofrecen sin tener en cuenta la inflación de la economía mundial.

Johnson, rey de los 200 y 400 metros durante toda la década del 90, fue incluso más allá y atacó al presidente Sebastian Coe por traer el campeonato a una ciudad con escasa tradición de atletismo y temperaturas extremas.

Lo cierto es que la imagen de unas gradas con demasiados espacios desiertos no ayudan al empeño de fomentar el gusto por el atletismo entre los pobladores de esta urbe, que en apenas dos años centrará aún más la atención del universo deportivo cuando acoja la Copa Mundial de Fútbol en el 2022.