Doha, Catar.- SENTIMIENTOS encontrados dejó la jornada dominical en el Campeonato Mundial de Atletismo, la alegría para algunos que volvieron a tocar la gloria y nostalgia para otros que esta vez no serán los protagonistas de las mejores historias, pese a que ofrecieron el alma como suelen hacerlo en cada competición.

Ese es el deporte, todos se preparan y a unos les sale mejor que al resto, algunos extienden la celebración más allá de lo que dura la acción y otros se vuelven a casa con la insatisfacción de que se sentían con fuerzas para hacerlo mejor.

Entre estas últimas se encuentra la pertiguista cubana Yarisley Silva, involucrada en la quinta final de su vida, pero despedida en un onceno lugar que muy pocos hubieran pensado, incluso pese a que no transitó por una campaña de muchos buenos momentos.

Pero es que Yarisley tiene acostumbrados así a sus seguidores, ellos saben cuánto del extra es capaz de “sacar” en cada competición. Lo hizo hace unas semanas en los Juegos Panamericanos de Lima para su tercera corona, y lo intentó esta vez aquí.

«Fue una competencia muy bonita, de mucho nivel y yo hice mi mayor esfuerzo», resumió tras agradecer a Dios, su entrenador y todos los que la han apoyado, esa gente sin la que no pudiera llegar nunca a cada una de sus metas.

Apenas dos saltos válidos sobre 4,50 y 4,70 consiguió en una noche “rara” la reina de Beijing 2015, quien no se entendió con el árbitro y la orden de saltar en uno de los intentos por sobre los 4,80 y eso le sacó de concentración.

«Nunca estuvo claro por qué no retiró el cono para que yo consumiera mi segundo intento mientras estuve parada en la carrilera y luego lo hizo cuando di la espalda», detalló todavía sin explicarse bien qué pasó en ese momento en el que ella creyó que no tenía aún la orden de ejecutar.

Lo cierto es que Yarisley no ha logrado más de 4,75 en el año y la varilla en los 4,80 se sabía difícil, pero no solo para ella porque apenas seis de las 17 llegadas a esta final pudieron sobrepasarla.

En definitiva el cetro quedó en manos de Anzhelika Sidorova, una rusa que compite bajo bandera neutral y le arrebató la corona con lo mejor del ranking del año (4,95) a la griega Ekaterine Stefanidi (4,85).

La también titular olímpica incluso bajó al bronce por detrás de la norteamericana Sandy Morris (4,90), otra de las grandes aplaudidas en una jornada en la que el Khalifa Stadium volvió a quedarse con muy poco público.

En el triple salto entre hombres no hubo casualidad para los estadounidenses Christian Taylor y Will Claye, marcando el 1-2 por segundo mundial consecutivo en medio de un ambiente en el que no todo fue bueno desde el inicio. En especial para el primero de ellos que estuvo a punto de quedarse fuera de los ocho primeros.

Dos foul en el comienzo le presionaron a buscar un registro que le mantuviera en competencia y lo hizo en su tercera salida con 17,42 metros, aunque los definitivos 17,92 “aparecieron” en la quinta vuelta para enmudecer a los contrarios y poner de pie al público.

Un bronce inédito celebró Hugues Fabrice Znago, de Burkina Faso, quien con 17,66 metros marcó récord para su continente.

Cuba centró sus esperanzas en Cristian Nápoles y Jordan Díaz, dos hombres de la más joven generación, sobre todo el segundo que estuvo en su primer evento mundial de adultos y no lo hizo mal con un octavo lugar de 17,06 metros.

«Me molestó un poco la lesión antigua, me puse hielo y pude terminar los seis saltos, estar entre los ocho primeros del mundo es un orgullo», confesó el habanero campeón juvenil del orbe y olímpico de la juventud.

Para Cristian la jornada parecía perfecta, se superó a sí mismo dos veces con registros de 17,36 y 17,38… pero en el cuarto salto un gesto de dolor le cambió el rostro, el instinto fue llevarse la mano a la parte trasera del muslo izquierdo y no pudo seguir en competencia.

De todas maneras su registro le valió para terminar quinto, y como su compañero, aportar puntos a la tabla del ordenamiento por países.

La Isla también dependió en esta tercera jornada del velocista Reynier Mena, pasado a las semifinales de los 200 metros con 20.52 segundos, un registro mejor al que le hizo avanzar a similar etapa en los Juegos Panamericanos de Lima.

RÉCORD EN EL 4X400 MIXTO Y TRIUNFO DE LA FRASER

En el estrenado relevo mixto de 4x400 no hubo casualidades con los favoritos estadounidenses, quienes contaron en su posta con la veterana Allyson Felix convertida desde este instante en la más medallista de todos los tiempos con 12 oros, tres platas y dos bronces.

Récord del orbe de 3:09.34 minutos anotaron los norteños con Wilber London, Courtney Okolo y Michael Cherry como restantes miembros del equipo.

Jamaica anotó plusmarca nacional de 3:11.78 con su plata y Bahréin de bronce luego de 3:11.82.

De protagonizar el final de la jornada en la pista se encargó la regresada jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, celebrando con su pequeño hijo luego de marcar tiempo de temporada con 10.76 segundos en los 100 metros planos.

A la británica Dina Asher-Smith el récord nacional de 10.83 solo le alcanzó para la plata y la marfileña Maria-Josee Ta Luo se hizo del bronce con 10.90.