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La Habana.- LUEGO de ser la sede principal en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y antes de ser utilizado como parte de la Copa Mundial de Fútbol del 2018, el Estadio Luzhniki de la capital rusa acogió a lo más importante del atletismo en el planeta entre el 10 y el 18 de agosto del 2013.

En la edición 14 del certamen universal de la Iaaf se reunieron allí 1784 atletas de 203 países, cifra esta última que se convirtió entonces en récord, aunque fue superada por dos en Beijing 2015.

Por vez primera también ascendió a 1919 el número de muestras de sangre tomadas como parte de la batalla contra el dopaje y la actualización de los pasaportes biológicos.

Estados Unidos descendió a solo siete medallas de oro, sin embargo fueron suficientes para mantenerse en lo más alto de la clasificación, por delante de Jamaica que llegó a seis apoyada en sus siempre efectivos velocistas, sobre todo Usain Bolt y Shelly Ann Fraser-Pryce.

No se firmaron récords mundiales en la capital rusa y “disminuyeron” a 36 los casos de dopaje positivo, una cifra todavía demasiado alta para los que trabajan por un deporte limpio.

Tras la famosa descalificación de Bolt en el hectómetro de Daegu 2011, buscó la revancha en Moscú y la consiguió con creces porque además de los cetros individuales de 100 y 200 sumó por tercera vez consecutiva el del relevo 4x100.

Su compañera Fraser firmó su único doblete en las dos distancias más cortas y añadió el título de la posta 4x100 como cerradora tras Carrie Russell, Kerron Stewart y Schillonie Calvert.

Otro con disfrute en más de una prueba fue el británico Mohamed Farah, dueño de los cetros en los 5 mil y 10 mil metros, dos pruebas que igualmente dominó en Beijing 2015.

El keniano Ezekiel Kemboi subió al centro del podio de los 3 mil con obstáculos por tercera ocasión sin interrupciones, incluso lo logró en una temporada en la que su compatriota Conseslus Kipruto le había derrotado en las anteriores presentaciones.

Para el dominicano Félix Sánchez la cita moscovita se convirtió en su séptima aparición en una final de los 400 metros con vallas y el ucraniano Bogdan Bondarenko aprovechó su magnífico año para borrarle el récord del campeonato en el salto de altura al cubano Javier Sotomayor.

Bondarenko marcó 2,41 metros que superaron los 2,40 con que el caribeño venció en Stuttgart 1993 y aunque luego intentó ir por la plusmarca absoluta de 2,45… ya eso eran palabras demasiado exigentes.

En sentido general Moscú resultó acogedora para los cubanos. Segunda edición consecutiva sin celebrar un oro y apenas tres medallistas: plata de Pedro Pablo Pichardo en el triple, y bronces de la pertiguista Yarisley Silva y la discóbola Yarelis Barrios.

Las actuales estrellas de ese último evento, Denia Caballero y Yaimé Pérez, finalizaron entonces como octava y decimoprimera, por ese orden.

Omar Cisneros cerró cuarto en los 400 con vallas, Jorge Fernández décimo del disco, Mabel Gay quinta en el triple, Rose Mary Almanza quedó fuera de la final de los 800 por muy poca diferencia en su semifinal y fue decepcionante Orlando Ortega en los 110 con vallas.

Este llegaba con tiempos entre los mejores de la temporada, pero con varios meses de ausencia competitiva por una sanción disciplinaria. Quedó eliminado en su heat, luego desertó de la delegación en el retorno a casa y en la actualidad representa a España.