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La Habana
Año 66 de la Revolución
SPRINT A DOHA (III)
Tokio 1991: estrellas atléticas sobre el firmamento

Una sección para repasar la participación cubana en los campeonatos mundiales. Doha 2019 está en la mira…


Por: Eyleen Ríos López
(eyleen.rios@inder.gob.cu)
viernes, 6 de septiembre de 2019 09:02 AM



Mike Powell.Foto: Tomado de Blog-20minutos.

La Habana.- POR PRIMERA vez lo mejor del atletismo se citó en Asia cuando Tokio acogió la justa universal de 1991. Allí se puso fin a los ciclos cuatrienales, la Unión Soviética despidió sus asistencias en medio del cambiante mapa político europeo y Cuba se colocó más cerca del centro del podio.

El Estadio Olímpico de la capital japonesa albergó entre el 23 de agosto y el primero de septiembre la cifra récord de mil 491 competidores provenientes de 166 países. Y fue tal el nivel que 16 naciones más pudieron “tocar” al menos un oro.

Hasta ese momento estas lides se habían programado cada cuatro años, pero por acuerdo de sus máximas autoridades su celebración comenzaría a tener frecuencia bienal y se añadirían otros “atractivos”, más allá de la conquista de medallas.

Tokio 1991 quedó registrado entonces como la última ocasión en que los ganadores solo recibieron preseas. Protestas y amenazas de boicots por parte de los protagonistas motivaron que a partir de la siguiente versión también se beneficiaran de los cuantiosos ingresos que generaba este deporte.

La mayor de las Antillas contó esa vez con una representación más nutrida, incluso con logros como lo de un Javier Sotomayor que desde 1988 era el plusmarquista universal del salto de altura. Sin embargo, los títulos volvieron a ser esquivos y par de medallas de plata se convirtieron en lo más encumbrado.

Precisamente Sotomayor se adueñó de una de esas, cuando después de superar los 2,36 metros no pudo seguir en competencia debido a una molestia cuando intentó los 2,40.

El estadounidense Charles Austin fue el único capaz de sobrepasar los 2,38 y se quedó con el título que muchos expertos pronosticaban al caribeño, sobre todo luego de haber iniciado ese día con impecables pasos por sobre 2,24 y 2,31 metros.

La otra subida al podio la disfrutó Ana Fidelia Quirós en los 800 metros, con marca de 1:57.55 minutos, escoltando a la soviética Liliya Nurutdinova (1:57.50) y con mejoras respecto a su cuarto lugar de Roma 1987.

La doble vuelta al óvalo de Tokio dejó un récord mundial juvenil de la entonces jovencita mozambiqueña María Mutola (1:57.63), quien no accedió al podio, pero dejó muy claras sus proyecciones de futuro en estas citas.

En total, Cuba contó con otros 10 finalistas, quienes le aportarían en la tabla de puntos, quizás también como adelanto de lo que sería capaz de conseguir una generación que brilló en los siguientes años.

Por ejemplo, el triplista Yoelbi Quesada y la vallista Aliuska López estuvieron en ese grupo que aportó puntos con sus respectivos séptimos lugares, lo mismo que Roberto Hernández, nuevamente cuarto en los 400 metros. Maritza Martén cerró décima del disco, un año antes de coronarse como campeona olímpica en Barcelona.

Allí pasaron a la historia tres récords mundiales, uno aún vigente, pues nadie ha podido borrar los 8,95 metros con que el estadounidense Mike Powell dominó el salto de longitud.

La mítica medida le llegó al norteño en el quinto intento y no solo se convirtió en el hombre que destrozó los 8,90 de Bob Beamon, con 23 años como máxima referencia, sino también en el primero capaz de derrotar a Carl Lewis desde 1981.

Los otros dos registros con esa categoría tuvieron firma estadounidense, y en especial de Lewis, pues llegaron en los 100 metros con 9.86 segundos y en la cuarteta del 4x100 con 37.50 segundos.

Estados Unidos se adueñó de 10 oros y encabezó la tabla de medallas por países, con la Unión Soviética detrás en poder de nueve y seguido de los cinco firmados por una Alemania que se presentó con un equipo unificado.

Además hubo otros hitos individuales: Serguey Bubka ganó su tercer título consecutivo en el salto con pértiga, el último como soviético. Luego conseguiría otros tres como ucraniano. La estadounidense Jackie Joyner-Kersee retuvo su oro en el salto de longitud, mas no pudo terminar el heptatlón, al que también llegaba como campeona.

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