Luis Mariano Delís.Foto: Archivo

La Habana.- AUNQUE algunos textos citan la celebración en Malmö y Sittard de campeonatos mundiales de atletismo, lo cierto es que allí apenas se convocaron algunas disciplinas. No fue hasta 1983 que se dieron las condiciones para que Helsinki sirviera como escenario fundacional de estos eventos.

El Estadio Olímpico de la urbe finesa acogió, del 7 al 14 de agosto de ese año, a representantes de 153 países, con una cifra total de concursantes ascendente a 1333, según los datos oficiales recogidos por la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (Iaaf).

De las naciones involucradas, solo 14 consiguieron al menos un oro y 25 lograron alguna medalla. Entre esas últimas se incluyó Cuba, participante con una generación en que sobresalían estrellas olímpicas como el mediofondista Alberto Juantorena, la jabalinista María Caridad Colón y el discóbolo Luis Mariano Delís.

Este último, bronce en la cita estival de Moscú 1980, se convirtió en el único capaz de subir al podio. Lo hizo con disparo de 67,36 metros, válidos para escoltar al entonces checoslovaco Imrich Bugár, campeón con marca de 67,72.

En esa prueba llamó la atención la eliminación en la fase clasificatoria del recordista mundial, el soviético Yuriy Dumchev, quien apenas tiró 58,84 metros.

La mayor de las Antillas tuvo otro finalista en esa especialidad, Juan Martínez, quien disparó 64,26 metros y cerró en el séptimo escaño.

El sistema de puntuación establecido por la Iaaf premia el desempeño de los ocho primeros puestos de cada prueba, y prioriza el acumulado de puntos sobre la cantidad de medallas al definir la tabla final de posiciones por países.

Por ello también aportaron al acumulado cubano María Caridad y la balista María Elena Sarría, ubicadas en octavas posiciones de sus respectivas pruebas.

La reina olímpica de Moscú 1980 clavó el dardo a los 62,04 metros, en tanto la bala de Sarría llegó hasta los 19,47 metros.

Juantorena, casi como despedida de una carrera deportiva que incluyó dos títulos olímpicos en Montreal 1976, no accedió a la final de los 800 metros, luego de estampar tiempo de 1:48.40 minutos en su heat eliminatorio y no presentarse a la semifinal.

El vallista Alejandro Casañas, la jabalinista Mayra Vila, los saltadores de altura Juan Francisco Centelles y Silvia Costa, y los velocistas Leandro Peñalver y Osvaldo Lara, los otros cubanos en la lid, no avanzaron a las finales de sus especialidades.

En cuanto a marcas, lo más brillante resultaron los dos récords mundiales implantados: la estrella checoslovaca Jarmila Kratochvilova completó la vuelta al óvalo en 47.99 segundos, y la posta 4x100 de Estados Unidos se coronó con 37.86 segundos.

Ambos registros ocurrieron en una misma jornada, la del 10 de agosto, día también recordado por la emocionante carrera de los 3 mil metros para mujeres, en que la estadounidense Mary Decker –pese a su escasa experiencia– acabó con la aureola de invencibles adjudicadas a las soviéticas Tatyana Kazankina y Svetlana Ulmasova.

Ambas dominaron sin problemas la ronda preliminar y eran favoritas para hacer el uno-dos, pues tenían además como antecedentes los dos títulos olímpicos de Kazankina en los mil 500 metros, y la plusmarca mundial de Ulmasova en los 3 mil. Sin embargo, allí se presentó Decker dispuesta a quedarse con el título y lo hizo con 49 milésimas de segundo de diferencia.

La alemana Marita Koch se convirtió en la mujer más premiada, con oros en los 200 metros y el 4x100, además de plata en el hectómetro.

Por los hombres la gran figura fue el estadounidense Carl Lewis, con títulos en 100 metros, salto de longitud y la mencionada posta corta recordista.

Sergey Bubka, en aquel entonces soviético, inició la saga que se extendería a seis títulos consecutivos hasta Atenas 1997.

El medallero por países tuvo en lo más alto a Alemania con 12 medallas de oro, igual cantidad de platas y seis bronces. Estados Unidos le siguió con 8-9-7 y la URSS con 6-6-11.