La Habana.- AUNQUE no logró el ansiado récord que habría incrementado la fama ganada por ella en los últimos días, la pertiguista cubana Rosaidi Robles fue la más seguida hoy en el Memorial Barrientos de Atletismo, que dijo adiós con el tercer oro de Reynier Mena en la velocidad.

Hace apenas unos días la holguinera de 18 años de edad, prima del campeón olímpico de los 110 metros con vallas Dayron Robles, acaparó titulares con la nueva marca nacional para juveniles de 4,30 metros. Esta mañana intentó los 4,32 y pese a fallarlos dejó la sensación de que está lista para mucho más.

«Vamos poco a poco, por eso pedimos 4,32 y no 35…», comentó su entrenador Rolando Palacios Pulgarón, luego de una prueba en que 4,20 metros fueron suficientes para hacerse de su primer oro a este nivel.

«Sabemos que puede saltar lo que se proponga, porque está disfrutando sus competencias y eso le va a dar buenos resultados», agregó antes de confirmar que estuvo a punto de validad el tercer intento dominical sobre 4,32.

Los Juegos Panamericanos de Lima le darán a Rosaidi la oportunidad de compartir escenario con Yarisley Silva, la referencia a la que espera suceder un día en cuanto a resultados internacionales se refiere. Por el momento, seguir trabajando y enfrentar cada salida como el mejor espacio para demostrar lo que sabe hacer es su única prioridad.

Las también cubanas Aislín Quiala y la bronceada centrocaribeña Lisa Salomón completaron el podio con 4,10 y 4,00 metros, respectivamente. Yarisley se mantiene entrenado en Europa y tendrá en la Liga del Diamante de Rabat su próxima incursión.

Los llegados este domingo hasta la pista auxiliar del Estadio Panamericano desafiaron el inclemente sol, pero valió la pena para disfrutar otra vez del velocista Reynier Mena en su tercer cetro, esta vez como parte del relevo 4x100.

Mena, quien había ganado el viernes los 100 metros con récord para la cita y reinó el sábado en en los 200, se encargó ahora del tercer tramo de una cuarteta que marcó 40.08 segundos, por delante de Estados Unidos (40.85) y el Cuba B (41.53).

Un poco antes, la joven representación norteña había liderado la posta femenina con 45.67 segundos, y fue ese uno de los cuatro cetros que terminaron en manos foráneas durante esta jornada final.

Los propios estadounidenses se agenciaron otras dos coronas, cuando entre los hombres Zechariah Blake llevó la jabalina hasta los 58,56 metros, y Morgan Smalls aventajó por menos fallos a la local Isis Guerra, después que ambas superaron los 1,79 metros en el salto de altura.

La mexicana María Orozco protagonizó el otro liderazgo extranjero, y lo hizo con 16,17 metros en la impulsión de la bala.

En sentido general la cita cumplió lo propuesto. Volvió a tener presencia internacional, pese a convocarse para una pista alternativa, y permitió evaluar algunos parámetros de la preparación con el objetivo ubicado en los Panamericanos de Lima.

Así lo consideró la comisionada nacional Yipsi Moreno, quien además aseguró que los resultados no deben traer grandes cambios en la composición del equipo a la cita multideportiva del verano. Además confirmó los esfuerzos por devolver a la afición el ambiente siempre generado en cada certamen organizado en casa.

«Organizativamente fue un éxito, y es un mérito de todos los que contribuyeron a que saliera, desde el personal de apoyo, los jueces, los estadísticos, los entrenadores y los propios atletas», reconoció la medallista oro olímpico del martillo en Beijing 2008.