La Habana.- LOS TABLEROS fueron sustituidos hoy por el campo de fútbol y los goles le robaron el protagonismo a las piezas durante un partido de fútbol entre los participantes en el Memorial Capablanca de ajedrez, en que más allá de ganar, lo trascendental fue la experiencia vivida en el estadio capitalino Pedro Marrero.

Cubanos de rojo y el resto del mundo de blanco, así salieron ambos equipos a una grama en la que se han visto importantes duelos del más universal de los deportes, y que esta vez sirvió para liberar tensiones concentradas durante la primera mitad del clásico ajedrecístico más antiguo de América.

El GM argentino Pablo Zarniki, quien anda en esta ocasión en funciones de comentarista, anotó el primer gol de los visitantes a los pocos minutos de comenzado el partido y aunque quedó clara la superioridad de su equipo con marcador final de 4-1, el ganador fue realmente el ajedrez.

«Esta es una iniciativa que se ha venido ensayando en los grandes torneos, como la Olimpiada, la Copa del Mundo, y quisimos hacerlo aquí para que sea algo que se quede», comentó desde las gradas el presidente de la Federación Cubana, Carlos Rivero.

«El actual presidente de la Fide, Arkady Dvorkovich, ha impulsado mucho esta idea para hermanar ambos deportes. La idea es que el fútbol se convierta en el deporte que utilicen los ajedrecistas para su preparación física y que el ajedrez sea una herramienta que ayude a los futbolistas a desarrollar estrategias», agregó Rivero.

Incentivador resultó ver pateando balones a los campeones cubanos Carlos Daniel Albornoz y Yuri González o de portero al entrenador Rodney Pérez… animados por algunos entusiastas desde el graderío.

El partido fue parte de las actividades programadas para la fecha de descanso, en la que también se rindió homenaje al más insigne de los ajedrecistas cubanos, José Raúl Capablanca, quien fuera rey del orbe entre 1921 y 1927, y figura imprescindible para todos los que se dedican a este deporte.

Hasta la necrópolis de Colón, donde reposan sus restos desde marzo de 1942, llegaron ahora varios de los asistentes al certamen que cada año se convoca en su honor. Una ofrenda floral, palabras de elogio para el genial maestro y un minuto de silencio en su honor marcaron el homenaje.