La Habana.- EL ANUNCIO de que volverá un grupo cerrado para mujeres en la edición del Memorial Capablanca del 2020 es una de las mejores noticias que podía recibir el ajedrez cubano y la afición que le sigue.

La confirmación del proyecto la dio a conocer el entrenador de la preselección nacional femenina, el GM Aramís Álvarez, y se fundamenta en la necesidad de devolver el protagonismo que merecen las principales jugadoras de la Isla.

Aunque nunca han dejado de ser convocadas para la cita más antigua de América, el intervenir en el colectivo Abierto deja a veces encontradas sensaciones y por ello la posibilidad de retomar un formato que no se ensaya desde los años 90 parece un buen cambio.

«Participarían las cinco mejores del Elo cubano y trataríamos de invitar a mujeres de rango en el mundo para crear un grupo atractivo», reconoció Álvarez, principal impulsor de la idea desde las necesidades de sus alumnas que en el 2020 enfrentarán la Olimpiada Mundial.

Jugar contra hombres eleva el nivel, pero en ocasiones puede ser contraproducente, sobre todo para cuestiones de los acumulados, Elo y ha sido un tema debatido en los últimos años con la necesidad de buscar soluciones.

Las cubanas enfrentan muy pocos torneos con el sistema cerrado, que se encara con características diferentes a los abiertos y por eso la posibilidad de tener uno más en casa es beneficiosa.

El campeonato nacional es el único momento del año en que las caribeñas disputan una justa con ese sistema y con el “defecto” de que casi siempre tiene marcada diferencia de acumulados Elo entre las asistentes.

Ojalá se consolide la iniciativa para las siguientes versiones y ocurra como entre los hombres que se logra la participación de jugadores incluidos entre los 100 mejores del mundo.