Lima.- TEMPERATURAS que hacen recordar el verano caribeño multiplican los rigores propios del ajetreo constructivo imperante aquí para asignar instalaciones de alto nivel a los XVIII Juegos Panamericanos.

Aunque la cita convocada del 26 de julio al 11 de agosto tendrá “sabor” invernal, ahora el astro rey impone su presencia sobre la capital peruana, donde obras como las impulsadas en su emblemática Costa Verde emiten señales de ese esfuerzo.

Allí un puente vehicular elevado conectará Miraflores y Barranco para agilizar el enlace entre importantes zonas de una urbe de intenso tránsito y abundancia de “tranques” que preocupan rumbo al certamen cuatrienal, aunque sus autoridades aseguran que funcionarán carriles exclusivos.

Barreras de desvíos y despliegue de obreros llaman la atención sobre el acontecer en ese trazado, a orillas de un océano Pacífico que igualmente “salpicará” el parque urbano pensado para el voleibol sobre arena, patinaje de velocidad, ciclismo libre y skateboarding (patinetas).

Pero solo se trata de una de las “caras” más visibles del trabajo, que a decir de los organizadores marcha al 90 por ciento de ejecución y permitirá entregar a tiempo todo lo concebido.

En esa línea destaca el estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), que recibirá el Campeonato Sudamericano de Fútbol para menores de 17 años, a disputarse desde el 21 próximo con carácter de clasificatorio mundialista.

Lo apreciado por JIT deja claro que además está a punto el terreno de softbol del complejo Andrés Avelino Cáceres y valida las altas notas concedidas a lo que se hace en las sedes del voleibol, taekwondo, raquetbol, boxeo y lucha.

Similar es el ambiente en la Villa Deportiva Nacional (Videna), dotada de escenarios de lujo como los destinados al atletismo, la natación y el ciclismo de pista, tradicionales “vedettes” de estos encuentros.

El recinto del deporte rey ya exhibe una superficie similar a la escogida para Tokio 2020. El complejo acuático crece como una “joya” y el techado es casi misión cumplida en el velódromo, donde se rodará sobre madera africana.

«Todo nos lo hemos planteado como una inversión hacia el futuro», aseguró el presidente del comité organizador, Carlos Neuhaus, en reciente seminario para las televisoras que difundirán la justa.

«Si las administramos bien no solo serán generadoras de gastos», dijo sobre las instalaciones, y se mostró optimista en torno a los intercambios con los expertos encargados de explotar el Parque Olímpico de Londres.

«El legado de los Juegos pasa por ese objetivo, como por el de acrecentar el interés de nuestra juventud por el deporte como una actividad importante para sus vidas, más allá de convertirse en atletas o no», sostuvo.

Tras insistir en los valores de la actividad física, Neuhaus también destacó la creación de miles de puestos de trabajo, el alto número de visitantes que entrarán en contacto con la cultura del país y la concepción de la villa que alojará a los asistentes a las citas convencional y parapanamericana.

«Cuenta con departamentos accesibles, pasadizos amplios y ascensores preparados para sillas de rueda», apuntó el gerente de operaciones Alberto Valenzuela al detallar las bondades del complejo de siete bloques de edificios llamado a recibir en breve a sus primeros “huéspedes”.

Serán 500 soldados que pondrán a prueba los servicios sanitarios, eléctricos e hidráulicos, elevadores y otros servicios en cada zona, a fin de oficializar el “Ok” en el complejo de casi dos mil apartamentos, al tiempo que se labora en la jardinería y otras estructuras complementarias.

«Nunca se había construido de esta manera. Es un gran avance. Los Juegos son un ejemplo de modernización del Estado. Estamos muy entusiasmados en recibir a las delegaciones», significó Valenzuela.

«Estamos trabajando por tener unos Juegos inclusivos. Cambiando como país, ciudad y sociedad, para esta fiesta deportiva. El Perú estará en los ojos del mundo y por ello hay mucha gente involucrada en la organización», señaló.

Paralelamente se acondicionan otros asentamientos, porque los protagonistas de disciplinas como boxeo, lucha y taekwondo vivirán muy cerca de donde tendrán acción, y lo mismo sucederá con remeros, canoístas y kayacistas, por citar algunos ejemplos.

Para el gerente de operaciones, Gustavo Martín, el gran reto es responder a las exigencias de un certamen que será el más grande de su tipo, dada la asistencia de seis mil 680 concursantes y dos mil 672 oficiales.

Recordó que se repartirán medallas en 39 deportes y 62 disciplinas, con 22 realzadas por el privilegio de acuñar cupos olímpicos. Sumarán 19 los días de competencias en casi 40 sedes distribuidas en cinco complejos.

Por lo pronto los llamados “test” añadirán lides de judo, voleibol, atletismo, hockey y esgrima entre abril y junio, y la mira está especialmente centrada en objetivos como las obras demandadas por remo y canotaje, pero los organizadores insisten en que el balance premiará tanto empeño.

«Los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos serán una novedad histórica para el Perú y una oportunidad única en la vida para dejar un legado significativo, que estamos comprometidos a maximizar», proclamó Neuhaus.