En una sesión de pesas. Foto: Mónica Ramírez

La Habana.- LOS 100 metros planos es la prueba reina del atletismo. Disfrutar de una buena carrera, con la respiración contenida, y ver al ganador llegar a la meta en menos de 10 segundos es la mayor alegría de la afición.

Por eso no es extraño que, una semana después de que Roberto Skyers igualara en Camagüey el récord nacional de 9.98 segundos, la atención de quienes siguen el deporte cubano se mantenga sobre este extraordinario resultado.

A punto de cumplir 42 años, la marca original impuesta por Silvio Leonard en México comenzó a “tambalearse” y ya muchos quieren verla quebrada por Skyers, o quizás por su compañero Reynier Mena, quien rebajó a 10.04 su registro personal.

Lo cierto es que desde hace mucho tiempo no se vivía un momento de tal euforia en la velocidad de la Isla, y aunque sin lanzar campanas al viento, vale la pena celebrar lo sucedido y soñar con que vendrán resultados mejores, ahora que se “rompió” la ansiada barrera después de tanta espera.

En busca de las causas y expectativas en torno al sobresaliente resultado llegó JIT al Estadio Panamericano, cuartel general de la preselección cubana, y allí encontró a ambos velocistas junto a Harlyn Pérez, el tercer hombre del momento, y al entrenador José Alberto Sánchez.

Fue con este último que transcurrió la mayor parte de la conversación, luego de que sus pupilos cubríeran varios “tramos” de 50 metros con los que se cerraba una jornada de dos horas y 13 minutos de entrenamiento.

¿Esperabas que se bajara de los 10 segundos en el Memorial Fortún? Fue la primera pregunta y la respuesta no se hizo esperar: «No sé si en el Fortún, pero sabía que podían hacerlo, incluso Mena tiene para hacerlo y estoy seguro de que antes de que acabe el año lo logrará».

Así piensa el hombre que está ahora detrás de lo sucedido y ve en este grupo muchos sueños realizados, pero sobre todo confirma que hay maneras diferentes de hacer las cosas para lograr los resultados.

José Alberto ratificó, durante un curso al que tuvo acceso en Estados Unidos, varios elementos de los que ya tenía conocimientos previos y anda aplicando ahora, en especial para los trabajos de fuerza y potencia.

«Uno de las ideas principales es que no hay que correr tanto. Aprendí en Estados Unidos que ellos hacen muchos ejercicios combinados, y ese es un cambio que apliqué», asegura y da ejemplos de la conjugación del salto con suiza y las planchas en circuitos ligados a carreras por tramos.

«Incluso tenía dudas de si me iban a dar resultados o no. Por ejemplo, cambié un ejercicio de saltos que hacía por otro de elevar muslos con ligas… es decir, adaptaciones al circuito para hacerlo más específico.

»Y se han visto diferencias desde la primera confrontación, se hizo nueve y algo segundos con manual, que eso en la conversión es 10.20 y poquito… que no era lo habitual para abrir el año», añade.

El mejoramiento significativo de los niveles de fuerza es otro de los parámetros “diferentes” en los últimos meses, apoyado en un mayor hincapié en ejercicios como la cuclilla profunda, por solo mencionar algo de lo que antes no se le daba tanta importancia.

«La cuclilla profunda fortalece el glúteo y ese es un músculo importante que tiene el sprinter para empujar en la fase de aceleración», explica, y también menciona al salto sin impulso como un factor principal con el que han mejorado la potencia.

«Casi no corremos, hemos bajado la cantidad de carreras y eso me está dando resultados», añade sobre una preparación con la que anda muy entusiasmado, aunque reconoce que todavía hay otros “detalles” que no va a mencionar «porque no todo puede decirse».

Lo cierto es que el 2019 comenzó con un rostro diferente para la velocidad cubana, una imagen que desde hace mucho se reclamaba por los seguidores del deporte y que al parecer comenzó a cambiar.

Todavía queda mucho más por demostrar. La Copa Cuba que se vivirá el próximo fin de semana pudiera traer otras buenas noticias, aunque atentará el fuerte viento que generalmente “ataca” la pista auxiliar del estadio, que está vez acogerá la competencia.

Falta mantener el mismo ánimo, extender la rivalidad sana creada entre Skyer (9.98) y Mena (10.04), lograr que Harlyn (10.16) se “pegue” más a ellos y tratar de conseguir una cuarta figura para retomar la senda de los relevos 4x100 que tantas glorias han dado a Cuba en décadas anteriores.

En estos y otros retos andan José Alberto y sus alumnos, también el fisioterapeuta, imprescindible a este nivel para los objetivos que se han marcado.

«Este es solo el comienzo. Para los Juegos Panamericanos tenemos propósitos internos, incluso el que cada uno de ellos tiene individualmente es el más importante. Y además aspiramos a que el récord no se quede en 9.98», ratificó a modo de despedida.