HILARIO Félix Yera Díaz figura entre los pocos directores medallistas con equipos cubanos de hockey sobre césped en ambos sexos.
«Prácticamente por embullo de los amigos llegué a un deporte que me lo ha dado todo», dice a JIT sin mucho protocolo el oriundo de un campo llamado Delicias en el municipio Ranchuelo, en Villa Clara.
¿Qué le llevó a enamorarse de un deporte que apenas se conocía en Cuba?
Aquellos primeros momentos fueron muy lindos porque me enfrenté a un deporte que sí se jugaba en Ranchuelo. Jamás lo había practicado, pero con los meses me adentré de tal manera que hasta hoy resulta de lo más preciado de mi vida. Lo llevo en la sangre y no me he podido separar de su práctica.
¿Cómo fueron esos inicios?
Me gradué como profesor de Educación Física en Villa Clara en 1979. Entonces era portero de un equipo de fútbol. Cuando comencé a trabajar en Ranchuelo jugaba hockey en los tiempos libres. Era fiebre lo que había allí con ese deporte.
El entrenador Alfredo Rafael Pascual Solís me descubrió y me llevó como portero a un campeonato nacional ese mismo año.
Quedé como el más destacado y el director del equipo Cuba, José Manuel González Cortina (Papito), me escogió para la preselección nacional.
¿Cuál fue su “bautizo” internacional?
Mi primer torneo lo jugué en Polonia en 1981, unos juegos de la amistad que celebraban los países socialistas. Representar a Cuba era una gran responsabilidad y todo resultó muy novedoso.
Allí me enfrenté a muchas cosas nuevas que ni soñaba existían dentro del deporte. Con el tiempo creció el gran amor y respeto que tengo por el hockey.
¿Qué ha sido el hockey para usted?
Todo. Gracias a su práctica pude desarrollarme física y mentalmente. Me ha dado momentos de alegría y he conocido a muchas personas y amigos. He participado en juegos centrocaribeños, panamericanos y otros torneos y giras de preparación en Europa y América.
Todo lo que disfruto hoy se lo agradezco al deporte que escogí para que formara parte de mi vida y mi familia.
¿Los mejores y peores momentos?
Entre lo más agradable archivo la cita centroamericana de 1986 en México. En el cruce contra Trinidad y Tobago discutimos a penalti y ganamos. Así pudimos disputar la medalla de oro, y la obtuvimos.
Otro momento relevante, ya como entrenador del equipo femenino, fue la victoria en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santiago de los Caballeros 1986, en República Dominicana.
El más doloroso ocurrió en los recientes juegos centrocaribes de San Salvador 2023. Caímos en semifinales contra el equipo de México. Perdimos cinco goles por tres. Debimos disputar las medallas de bronce.
Muchas preseas en sus vitrinas…
De las que atesoro, las más disfrutadas como atleta fueron las de oro en las lides regionales de México 1986 y México 1990. Como entrenador tengo cuatro de oro y una de bronce en juegos centroamericanos y del Caribe.
Ha recorrido nuestros elencos nacionales y otros…
Fui entrenador del equipo masculino de Cuba de 1992 a 1995. Salí de colaboración a México hasta el año 2001. Desde 2002 al 2018 fungí como entrenador del equipo femenino. A partir de ahí llevo las riendas del equipo masculino. También entrené al equipo femenino de Venezuela.
¿Qué le falta al hockey en Cuba para brillar en citas panamericanas?
Unas cuantas cosas, entre esas el fogueo internacional, el roce con países de nivel, y la disponibilidad de implementos.
También estamos necesitando la Espa nacional. Cuando contamos con esa escuela salieron los mejores resultados a nivel panamericano: dos medallas de bronce.
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