Eugene.- EL ESTADIO Hayward Field se erige majestuoso en medio del Campus de la Universidad de Oregón, y su impresionante torre de 60 metros de altura parece custodiar desde su esquina norte el primer campeonato mundial de atletismo que se celebra en suelo estadounidense.

Sin embargo, no siempre fue esta su imagen. Detrás de lo que vemos por estos días hay un siglo de historia y no siempre relacionada con el Deporte Rey.

La que fuera casa del equipo de fútbol americano Oregon Ducks se construyó en 1919 para sustituir al Kincaid Field, y aunque en principio no contó con una pista para la práctica del atletismo, apenas dos años después fue dotado de una de seis carriles.

Durante las siguientes cuatro décadas coexistieron aquí el fútbol americano y el atletismo, siempre ligados a la Universidad. En 1967 los futbolistas decidieron asentar su hogar en el Autzen Stadium -desde donde partieron ahora las carreras de maratón- y con esa despedida comenzaron las transformaciones hasta llegar al recinto del que disfrutan los protagonistas del Campeonato Mundial de Atletismo de Oregón 2022.

La ampliación a ocho carriles, mejoras a la superficie de la pista para soportar el clima más adverso, la instalación de sistemas electrónicos, cambios de gradas y el agrego de una pista de calentamiento se sucedieron hasta conseguir la clase uno que en territorio norteño poseen cinco estadios.

Pero más allá de los lógicos cambios que se sucedieron en cada época, impresiona la popularidad y tradición que ha logrado el atletismo por estas tierras, en lo que una instalación de esta magnitud tiene no poca responsabilidad.

Las calles que rodean al estadio son el ejemplo más fehaciente. Cada cierta distancia se pueden visualizar placas incrustadas en el suelo con el nombre de figuras que han hecho historia en los campeonatos USATF, las eliminatorias olímpicas, el certamen mundial sub-20 de 2014 o el Nike Prefontaine Classic, que forma parte del circuito anual en la Liga del Diamante.

Una mirada independiente merece la torre de 10 pisos, con imágenes talladas a relieve de cinco íconos del atletismo en la Universidad de Oregón: el entrenador Bill Bowerman y los atletas Steve Prefontaine, Raevyn Rogers, Ashton Eaton y Otis Davis.

Bowerman fue el corazón de este lugar durante muchos años. Entrenador y cofundador de la marca deportiva Nike, trajo a este sitio muchas de las facilidades que le convirtieron en un sitio más funcional.

Ideó el edificio de mil 400 metros cuadrados en que, además de los casilleros para los atletas, se exhiben objetos históricos y radica el llamado Instituto Internacional de Deporte y Rendimiento Humano. Y si no fuese suficiente, impulsó también la práctica de carreras pedestres en el entorno del Hayward Field desde finales de la década de 1960.

Ahora, con Oregón 2022 en plena celebración, el complejo deportivo ha revivido. Quizás las gradas no acojan su capacidad de 12 mil 900 espectadores, pero en cada rincón se respira atletismo.

A cada paso aparecen familias que buscan el autógrafo de su ídolo, estudiantes universitarios convertidos en voluntarios prestos a ayudar, excampeones de varias nacionalidades y por supuesto los actuales protagonistas, quienes se dejan ver en las gradas como aficionados también.

Entre tanto alboroto, el Hayward Field anda de fiesta y lo merece, pues cada uno de sus 100 años de historia son motivos suficientes para brindar.