Licenciado en Fisioterapia, “Chuchi” aplica la osteteopatía en el béisbol. Foto:

Matanzas.- JESÚS Alberto Morales Montero escudriña cada movimiento de los lanzadores de la preselección cubana de béisbol que entrena en el estadio Victoria de Girón de esta ciudad para enfrentar a un equipo universitario de Estados Unidos desde el 23 venidero.

Él aporta una de las caras nuevas en la tríada médica que comanda el Doctor Francisco Montesinos, igualmente habanero, y completa el sicólogo pinareño Reinier Acosta Cruz.

Licenciado en Fisioterapia, “Chuchi” introduce en el concierto beisbolero local la aplicación de la osteopatía, ciencia encargada de restaurar las funciones limitadas en el organismo desde el punto de vista biomecánico, somático y estructural.

La literatura la define como medicina osteopática que da un enfoque asistencial desarrollado por Andrew Taylor Still (Lee County, Virginia, USA, 1828-1917), a partir de un sistema de diagnosis y tratamiento donde se pone una atención especial en la estructura y los problemas mecánicos del cuerpo.

Se basa en la creencia de que huesos, músculos, articulaciones y tejido conectivo no solo tienen la función evidente de formar parte de nuestro cuerpo, sino que desempeñan un papel central en el mantenimiento de la salud.

«Fundamentalmente hacemos un estudio en los lanzadores sobre los problemas propios en su biomecánica de trabajo desde que inician el movimiento en los pies hasta que sueltan la pelota», precisa este experto con más de dos décadas de experiencia.

«Revisamos los problemas en ilíacos, en la zona sacra, cervicales y en el brazo de lanzar, sobre todo en la posición larga del bíceps, pero no quiere decir que no hayamos valorado a receptores y jugadores de cuadro», agrega.

¿Cuáles son los resultados?

«Donde hay alteraciones trabajamos para corregirlas y se constatan mejorías sustanciales. Hemos abordado la horizontalidad de la visión, porque el cuerpo busca que la vista esté lo más horizontal posible, y hemos diseñado un trabajo profiláctico fuerte porque es más importante prevenir».

No por gusto su habitación en el hotel Canimao parece un gabinete fisioterapéutico para la atención de los atletas.

Según corresponde en horario y previa prescripción médica aplica magneto, láser o electricidad al receptor pinareño Lorenzo Quintana o al jardinero holguinero Maikel Cáceres, entre otros.

«Ellos son los lesionados hasta ahora, aunque como bien te comentó el Doctor Montesinos no son de relevancia, sino propias del entrenamiento. La de Quintana en una pierna y la de Cáceres en el hombro», asevera.

Alrededor de cuatro años llevan aplicando la osteopatía en el Instituto de Medicina de Deporte, donde fueron pioneros los doctores Fermín León, Juan Miguel Cruz y Pedro Carmona.

Hoy el médico francés Joel Trolet actualiza a un grupo de galenos, sicólogos y fisioterapeutas. Ya impartió la parte estructural y en noviembre dará la visceral. Después vendrá la sacro-craneal, señala Chuchi, quien desde 1998 ha trabajado con varios deportes y en largos períodos con el fútbol y el voleibol.

Ya lo aprendido por él es importante arma para evitar y contrarrestar dolencias, labor a la que une la experiencia conseguida en Botsuana, donde cumplió misión e igualmente tuvo que aplicar sus conocimientos en disímiles disciplinas.

Desde ya, la osteopatía es novísima alternativa insoslayable en la preselección nacional de béisbol.