Lima.- TODAVÍA existe la posibilidad de subir al podio de estos Juegos Panamericanos, pero las mujeres del balonmano cubano tuvieron que desechar el sueño de una final luego de caer hoy 21-31 ante una Argentina que fue mejor sobre el terreno del Polideportivo 1 en la Villa Deportiva Nacional Videna.

Otra vez hizo daño a la armada caribeña una formación que trabajó con sus pívots y apeló a la mayor velocidad y experiencia en torneos internacionales para conseguir una ventaja que fue decisiva desde el primer tiempo, cerrado 7-17.

«Nos estudiaron y sabían nuestras debilidades. Cometimos muchos errores en los tiros, fallamos también en la defensa para el trabajo que ellas hacen con las pívots», confesó la extremo izquierda Lisandra Lussón, una de las que siempre es alma en los partidos y esta vez no fue la excepción.

La diferencia lograda por la guachas en la mitad inicial resultó clave en un partido que luego se enseñó más parejo, al punto de que durante el parcial conclusivo la cuenta fue 14-14, pero ya el “daño” estaba hecho.

«No nos salió bien el planteamiento táctico que nos propusimos, creo que el desespero de jugar una semifinal nos ha costado… en la primera mitad hubo mucho desespero por anotar el gol», dijo por su parte el entrenador Jorge Coll.

«En el segundo tiempo mostraron otra cara, fueron más agresivas a la defensa… sin embargo ya con esa diferencia era muy  difícil», aceptó y pidió a la afición que se quede con la imagen de esta última parte, esa es la que quieren mostrar mañana cuando se enfrenten por el bronce al perdedor entre Estados Unidos y Brasil.

Estas últimas son las favoritas para avanzar a la discusión de un oro que es suyo de manera consecutiva desde la edición de Winnipeg 1999.

Las sudamericanas avanzaron invictas por el mismo grupo de las cubanas y no deben presentar complicaciones para vencer a las norteñas, ausentes del torneo hace cuatro años en Toronto.

Las cubanas fueron quintas entonces y de lograr subir ahora al estrado de las premiaciones revivirían una experiencia que tuvieron por última vez en Río de Janeiro 2007 cuando fueron plateadas.