Por Rudens Tembrás Arcia, enviado especial
Barranquilla.- CON UNA actuación categórica, en la que efectividad, táctica y aplomo salieron a flote, el equipo femenino cubano de espada se coronó hoy campeón de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, con sede en esta ciudad.
Tras vencer 43 por 39 toques a México en semifinales, las chicas dirigidas Pedro Enríquez afrontaron una final más que exigente ante las venezolanas María Gabriela Martínez, Eliana Lugo y Patricia Piovezan, quienes habían superado antes a República Dominicana (45-22) y Colombia (45-21).
Las cubanas Yamirka Rodríguez, Seily Mendoza y Yania Gavilán cubrieron la ruta del encuentro final, manteniendo la ventaja a partir del punto diez en adelante.
Mendoza se encargó de habilitar una ventaja importante de 14-10 en los inicios del duelo, la cual sus compañeras y ella misma supieron sostener hasta el final, no sin antes recibir presión de unas rivales experimentadas y con mayor presencia en lides internacionales.
El cierre fue protagonizado de manera excepcional por la veterana Yamirka, quien recibió la "cuestión" con pizarra a favor de solo dos puntos y la remató 45-39.
El festejo de las cubanas fue por todo lo alto, con cantos, bailes y abrazos justo sobre la pista de competencias.
Mientras, Pedro Enrique se acercó al espacio de la prensa y aseguró casi sin voz que «estoy muy feliz, las niñas tiraron muy bien, a pesar de tener a una atleta juvenil como Gavilán, quien se estrena en juegos multideportivos. Ella tenía un estado previo algo negativo, pero supo levantar y fue la que dio los golpes necesarios. Es una victoria tremenda y seguimos sumando. Ya van cinco de oro y seguimos hasta ganar la justa de esgrima para Cuba».
«El asalto final de Yamirka es algo tradicional frente a María Gabriela Martínez, ganan y pierden entre ellas, asimismo pasó en Veracruz 2014 y también nos impusimos», agregó emocionado el longevo preparador.
En eso se sumó al debate la propia Yamirka, quien con lágrimas en los ojos apuntó: «Fue el desquite de mi competencia individual, era una espinita que tenía clavada en el corazón. Salió lo que esperábamos».
«Nosotros tenemos un gran colectivo, confiamos en nuestras fuerzas internas y en las del equipo. Somos muy unidas y ese trabajo tenía que salir. La táctica era trabajar sobre sus errores, ya que somos muy defensivas, y buscamos siempre el momento ideal para marcar. Queríamos esta medalla para aportar al medallero de Cuba, para que nuestro país salga adelante», sentenció entre sollozos, sin aliento.
El bronce fue para México, tras superar a Colombia por 45-37.
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