Barranquilla.- LA NATACIÓN cubana sigue generando titulares que no estaban en los planes de casi nadie, previo a los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Si hace cuatro años, en Veracruz 2014, tres figuras subieron al podio en cuatro oportunidades, ahora en tierra colombiana ya son cinco las “redondas” obtenidas y siete los integrantes del elenco que se las han colgado en el pecho.

A la medalla de bronce lograda el viernes por Luis Vega en los 200 mariposa, y a la plata inscrita el sábado por Elisbet Gámez en los 200 libres, superando el tercer escaño de la cita precedente, se sumaron hoy tres premios más, una cifra para un solo día que llama poderosamente la atención.

Armando Barrera le siguió los pasos a Gámez en eso de superarse de una fiesta regional a la otra, pues de bronce subió a plata con tiempo de 55:48 segundos, solo por detrás del favorito Omar Pinzón, quien implantó récord para los Juegos con 54:88. Ese tiempo del cubano significa su nueva cota personal.

Luis Vega ratificó su excelente forma y se acomodó poco después en el bronce de los 400 combinado individual, con registro de 4:25.49 minutos. Siguió en el podio al azteca Ricardo Vargas (4:19:98) y al boricua Jarod Arroyo (4:21.10), por ese orden.

Y la sorpresa del día, sin dudas, fue la gesta de las chicas del 4x200 relevo libre, capaces de tocar la meta en tercer lugar con crono de 8:22.08, por detrás de México (8:12.30) y Colombia (8:21.72).

Gámez, Lorena González, Andrea Becali y Mayte González le pusieron rostro y brazos a una medalla que pocos imaginaron.

Así marcha la batalla cubana en las piscinas. Hemos crecido cuantitativamente con respecto a lo hecho hace cuatro años. ¿El oro? Ahora, seguramente, no nos tocará, pero en el futuro podría ocurrir.

A lo mejor estamos viviendo un renacer, aún leve, de esa tradición ganadora que nos legó respeto a este y otros niveles.

Tiempo al tiempo. Confiemos.