La Habana.- EL DEPORTE cubano hizo realidad este viernes un anhelado sueño: rendir tributo a la Escuela Cubana de Boxeo a través de una gala de lujo.

El lugar elegido fue el capitalino Teatro Astral, con todo el andamiaje tecnológico de RTV Comercial y el ingenio de un talento artístico meticulosamente elegido.

Las razones del evento: hacer reverencia a quienes tantos triunfos nos han regalado en estas décadas de Revolución, y devolver a modo de aplausos las alegrías llegadas con cada nocaut o votación a favor en lides olímpicas, mundiales, panamericanas y regionales.

La primera recordación fue para el Comandante Fidel Castro Ruz, artífice de nuestro movimiento deportivo y aficionado al boxeo como pocos, ya fuera presenciando carteles en la Ciudad Deportiva, viéndolos por la televisión o recibiendo y despidiendo delegaciones.

Luego, las cámaras apuntaron hacia dos figuras esenciales del pugilismo nacional: el fallecido tricampeón olímpico y mundial Teófilo Stevenson; y su profesor principal, el maestro Alcides Sagarra.

La esposa y un hijo de Teo recibieron el diploma que acredita el premio a la excelencia, mientras que Alcides halló fuerzas para ascender entre aplausos al escenario, y acoger su premio con la tranquilidad y naturalidad con que talló a decenas de campeones.

La noche continuó con reconocimientos por sus trascendentales aportes a los virtuosos Orlandito Martínez, Félix Savón y Ariel Hernández, en tanto Juan Hernández Sierra mereció el Premio de la Dignidad, en recordación de su decisión de no bajar del ring tras los despojos del Campeonato Mundial de Houston 1999.

Otro momento de homenaje se dedicó a los presidentes de la Federación Cubana de Boxeo en la etapa revolucionaria, a decir Waldo Santiago, Raúl Villanueva, José Barrientos, Jorge Guzmán y Alberto Puig de la Barca.

Este último dijo a los presentes, visiblemente emocionado, que el «Buque insigne del deporte cubano seguirá navegando en busca de nuevos triunfos, comprometido con los retos del presente y el futuro».

También resultaron agasajados prominentes profesores como Sarbelio Fuentes, Raúl Fernández, Julio Mena y Rolando Acebal, quien al hablar frente a los micrófonos expresó: «Hago extensivo este premio a todos los entrenadores de Cuba, desde la base hasta el alto rendimiento. Todos somos autores de estas satisfacciones».

El veterano Raúl Follaca fue merecedor del reconocimiento al galeno de mayor aporte al trabajo de la Escuela Cubana de Boxeo, en un área decisiva en el cuidado de los atletas.

Los aplausos finales fueron para los protagonistas del momento: el campeón mundial Andy Cruz (64 kg) fue reconocido como mejor boxeador del programa olímpico; y el líder del orbe juvenil Osvary Morrell (81 kg) fue seleccionado como el púgil más destacado de su categoría.

El crucero Erislandy Savón cargó con la distinción al máximo ganador en la Serie Mundial de Boxeo, para dar paso al momento cumbre de la noche, ese en que Julio César La Cruz (81 kg) fue ovacionado como el fajador más integral del país en este momento.

El tetracampeón mundial y rey olímpico de Río de Janeiro 2016 expresó:

«Recibo este premio en nombre de todos mis compañeros de equipo, quienes continuamos comprometidos con la historia de nuestro deporte y con los triunfos que la afición espera de nosotros.

»Deseo expresar mi gratitud y la de mis compañeros a los profesores, federativos, médicos y directivos que en todas las épocas han permitido nuestros éxitos. De manera especial a Fidel, a quien otra vez le renovamos el saludo de la fidelidad.»

Tantas emociones fueron acompañadas por la buena música de Juan Guillermo y su orquesta, D´Corazón, Laritza Bacallao y el Grupo Moncada, así como por las composiciones danzarias de Revolution y Havanna Compas Dance.

Videos inolvidables complementaron una hora de homenaje y celebración, que la teleaudiencia cubana podrá disfrutar este sábado a las 8:30 p. m. por el canal Cubavisión.