Batista, la estrella de Cuba. Foto: Armando Hernandez

La Habana.- POCOS conocen que Dayana Batista debutó con 13 años en la segunda base del equipo femenino de béisbol de Cuba.

La capitana de esa escuadra al Campeonato Mundial que del 3 al 11 de septiembre venidero acogerá la ciudad de Gijang, en Corea del Sur, es la única criolla que ha estado en las tres convocatorias planetarias a la que asistió la mayor ínsula caribeña.

Ella debutó en la arena internacional en la segunda acogida por Taipei de China, donde quedó sexta.

Dayana es de las chicas que hacen por igualar la aceptación de la disciplina con los hombres.

«Quiero ver mi deporte campeón mundial entre mujeres. Para eso tenemos que avanzar, desarrollar una Serie Nacional fuerte, que logremos dar espectáculo para la televisión, crecer», dijo a JIT.

Con sus 24 años (16-11-1991) es sin dudas la estrella de la escuadra que prepara el mentor avileño Julián Sarría Herrera, multicampeón nacional.

En el mundial del 2010 quedó líder estafadora de bases al salir siete veces en igual cantidad de intentos.

«Me encanta robar bases. Ya los mentores, lanzadoras y receptoras de Canadá, Estados Unidos y Japón me conocen, pero me las arreglo para salir y llegar safe», expresó la joven de 1,58 metros de estatura y 48 kilogramos de peso.

En el 2012, en Venezuela bateó para .344 de average, con 14 carreras anotadas y cuatro doble play realizados, uno de sus mejores campeonatos.

«En el equipo estamos ocho jugadoras del último mundial y las demás casi todas son nuevas, varias salidas del campeonato para menores de 20 años, pero con mucho potencial», expresó la oriunda de Mabay, cercano a Bayamo, en la provincia de Granma.

Con cadencioso y pausado hablar, a través de la segunda bateadora en la alineación se puede contar sobre el béisbol femenino contemporáneo y no solo internacional.

Dayana es otra dentro del terreno, ora animando a sus compañeras, ora desequilibrando a las contrarias.

«Así siento que aporto, aunque como joven me gusta cantar, bailar…», dice esta federada agradecida de la organización a la que pertenece desde hace 10 años.

«A la FMC le debemos mucho. Pienso que hay bastante en el desarrollo que ha tenido el béisbol femenino en Vilma Espín, nuestros campeonatos nacionales y los zonales siempre tuvieron el apoyo de ella. Todas le estamos eternamente agradecidas. Hoy continuamos con ese respaldo», dijo.

Al sueño de coronarse en un certamen planetario la joven graduada de la Escuela para Profesores de Educación Física une su empeño en hacer la licenciatura.

«Es mi propósito inmediato hacer la universidad. Voy a matricular este año en Bayamo y no paro hasta tener el título», sentenció.

También quiere dirigir algún día una escuadra nacional.

«Sé que falta para eso. Cuando ya no pueda jugar pelota porque el cuerpo no me lo permita, seguro estaré en los terrenos con niños primero y si tengo lo que se necesita, con equipos de mayores después. Para eso quiero estudiar. Tengo que sacrificarme», expresa sobre lo que asume como un compromiso consigo misma.

«Llegué al béisbol porque siempre me gustó, jugaba en el barrio con los muchachos. Soy de una familia de peloteros, uno de los cuales está debutando con el equipo de Granma (Leosdani Batista Granda). Es que lo llevo en la sangre», concluyó la pequeña capitana.

En los tradicionales topes entre Cuba y Canadá ha sido líder de bateo con .667 con cinco bases robadas, OBP de .750 y un OPS de 1 417.

De ella dijo en una de sus visitas a La Habana el mánager de esa escuadra Andrés Lachance: «Esa chiquitica es una gran pelotera. Me gustaría tenerla en mi equipo».