Río de Janeiro.- APENAS 18 de las más de 200 delegaciones concursantes en los Juegos de la XXXI Olimpiada pudieron acceder a cinco o más cetros, y una de ellas fue la cubana, cerradora de esa privilegiada nómina.

Tal realidad deviene razón suficiente para elogiar su labor, con independencia de que la plaza ocupada y el botín acuñado ahora (5-2-4) no les permitieron mejorar lo conseguido en Londres 2012: escalón decimosexto y saldo de 5-3-6.

Un repaso a la presencia de América en la vanguardia de la tabla de posiciones demuestra que Estados Unidos se ratificó líder sin poder incrementar su cosecha dorada de hace cuatro años (46) y Brasil sacó provecho a la condición de sede para elevarlo de tres a siete y escalar del escaño 22 al 13.

Jamaica volvió a ser noticia gracias a sus corredores y también mejoró la cantidad de cetros (de 4 a 6) para moverse del sitio 18 al 16. Canadá, sin embargo, no pudo pasar de cuatro coronas y quedó en el lugar 20 pese al destaque experimentado en la última justa continental.

Cuba disfrutó las cimas de los púgiles Robeisy Ramírez (56 kg), Arlen López (75) y Julio César La Cruz (81) y los luchadores del estilo grecorromano Ismael Borrero (59) y Mijaín López (130), quien se agenció un espacio en el exclusivo club de los tricampeones a este nivel.

Platas del también gladiador clásico Yasmani Lugo (98)  y la judoca Idalis Ortiz (+78), y bronces de los boxeadores Joahnys Argilagos (49), Lázaro Álvarez (60) y Erislandy Savón (91) y la discóbola Denia Caballero sellaron una colección que si bien pudo ser mayor igualmente aporta razones para aplaudirla.

Sobre todo porque ninguna competencia es igual a otra, y a diferencia de lo acontecido en la capital británica el panorama imperante en la Ciudad Maravillosa obligó a enfrentar imprevistos como lesiones de última hora y la menguada participación de Rusia.

El primero de esos acápites tuvo claras expresiones en la no intervención del subcampeón mundial de salto triple Pedro Pablo Pichardo y la limitación arrastrada por el gimnasta también plateado universal Manrique Larduet.

Ambos eran pilares en los vaticinios, concebidos antes de que se decidieran importantes ausencias rusas que acrecentaron las opciones de otros países, particularmente en el atletismo, que hace cuatro años le dejó 17 preseas (8-4-5), y el levantamiento de pesas, donde estas fueron seis (0-5-1).

¿Qué naciones antecedieron a Cuba? Estados Unidos (46-37-38), Gran Bretaña (27-23-17), China (26-18-26), Rusia (19-18-19), Alemania (17-10-15), Japón (12-8-21), Francia (10-18-14), Sudcorea (9-3-9), Italia (8-12-8), Australia (8-11-10), Holanda (8-7-4), Hungría (8-3-4), Brasil (7-6-6), España (7-4-6), Kenia (6-6-1), Jamaica (6-3-2) y Croacia (5-3-2).

Queda claro que salvo Kenia y Jamaica, jerarcas del deporte rey, abunda en ese grupo la solidez económica de que carece una isla bloqueada a la que comprar cualquier equipamiento puede costar tres veces su precio por el solo hecho de poseer un componente estadounidense.

Cálculos elementales ratificarán su excelente proporción títulos por cantidad de habitantes, y más allá de insatisfacciones llamadas a generar análisis con luz larga hay otro elemento merecedor de cintillos: todo lo alcanzado es “producto nacional”.

Dicho en otras palabras: sin la ola de “nacionalizaciones” que otra vez sacaron a la palestra la máxima mercantil de que «es más barato comprar a los atletas hechos que formarlos», e incluso requerida de enfrentar el talento de competidores y técnicos forjados en sus propias instituciones.

Nada de esto quiere decir que se justifiquen tiempos, marcas y ubicaciones alejados de lo que fue cotidiano durante toda la temporada o expresiones de poca entrega que nada tuvieron que ver con el ambiente de lucha mayoritariamente sostenido por la delegación.

El inicio de un nuevo ciclo se presenta como momento ideal para replantear enfoques metodológicos, perfeccionar conceptos en torno al estudio de rivales, renovar donde sea necesario y empoderar el quehacer de los expertos encargados de dar seguimiento al accionar de los colectivos técnicos.

Ciencia y técnica deben ser cada vez más herramientas imprescindibles, como la promoción del capital humano que se erige soporte de un sistema probado en las situaciones más difíciles y que otra vez será retado en los venideros juegos centroamericanos y panamericanos.

Son aristas con el peso suficiente para asegurarse espacios en las agendas que marcarán el rumbo hacia Tokio 2020, y quedan otras muchas de las que bien conocen los expertos, pero ninguna inconformidad es suficiente para opacar la luz emitida desde aquí.

No importa que algunos regresaran a casa sin satisfacer lo esperado de ellos, ni que sepamos que el propósito de superar la obra escrita en suelo londinense haya estado al alcance de la mano.

Los que se batieron con hidalguía y la afición que les inspiró todo el tiempo merecen celebrar hazañas prohibidas hasta en sueños para muchos otros.