Río de Janeiro.- NO HUBO presión ni oponentes capaces de impedirlo: Julio César La Cruz vino aquí por el título olímpico y lo celebró hoy con la maestría que le distingue en la élite del boxeo.

Y disfrutó consciente de las razones que añaden valor a la faja conquistada luego de aventajar 3-0 (29-28, 29-28, 29-28) al kazajo Adilbek Niyasymbetov, plata hace cuatro años en la capital británica y víctima suya en las finales mundiales de 2011 y 2013.

Lo dijo él mismo a los muchos reporteros con que dialogó tras saludar a su estilo desde el centro del podio: meta cumplida después de muchos esfuerzos, aporte a su delegación, primer semicompleto de la isla coronado en estos escenarios...

Mencionó a su madre, «que ha sido parte imprescindible de todo esto», a los miembros del colectivo técnico, «que han luchado conmigo como padres», e hizo una dedicatoria especial: «Al pueblo cubano y a nuestro Comandante Fidel».

Recordó igualmente al artífice de la Escuela Cubana Alcides Sagarra, de cumpleaños este jueves, «sin cuyos aportes no hubiéramos llegado hasta aquí», se declaró «contento por haber respondido y alegrar a tanta gente» e insistió en el compromiso colectivo defendido acá.

«Me alegra mucho haber contribuido a la batalla que libramos en estos últimos días», sentenció el triple monarca del orbe. «Además, con este resultado completo todos los títulos posibles al primer nivel», añadió mientras saludaba a varios de los muchos aficionados que le respaldaron todo el tiempo.

«Creo que estoy tocando el cielo, que es la gloria olímpica», enfatizó a pocos metros del cuadrilátero donde antes sus compatriotas Robeisy Ramírez (pluma) y Arlen López (mediano) se agenciaron éxitos devenidos avances a la discusión sabatina de coronas.

El primero volvió a mostrarse espléndido para repetir alegrón sobre el mismo uzbeco Morodjon Akhmadaliev doblegado en la Serie Mundial, y tendrá como quinto y último contrario al prometedor estadounidense Shakur Stevenson.

«Le he visto, tiene talento y tratará de hacer lo suyo, pero me siento en plenitud de forma para trabajar como exijan las circunstancias y esa será mi mejor pelea», sentenció el campeón mosca de Londres 2012 luego de escuchar el fallo de 3-0 (29-28, 29-28, 30-27).

Arlen desdibujó al azerí Kamran Shakhsuvarly para acuñar otro veredicto de 3-0 (29-28, 30-27, 30-27) y colocarse a un paso de dorar su estreno bajo los cinco aros, sueño que le demandará superar pasado mañana al uzbeko Bektemir Melikuziev, tal como sucedió por la cima del último certamen universal.

«Hemos trabajado muy concentrados en este objetivo y la tarea aún no está cumplida, así que mantengo toda la concentración en ese combate, porque nos conocemos y ambos tenemos el mismo propósito», dijo el antillano.

«No hay ninguna tensión, pero sí muchos deseos de hacer las cosas bien y regresar a casa con el oro», significó.