Foto: Jorge Luis Guibert

Santiago de Cuba.- NO IMPRESIONA por sus condiciones físicas (80 kg en 1,75 m de estatura), pero una vez que se sitúa en el home play, su tacto y fuerza con el madero en la mano hacen que cualquier lanzador rival lo considere un bateador “a temer”.

Ese es el caso de Francisco Martínez García, segundo bate y jardinero central del equipo juvenil de Santiago de Cuba, quien nació en esta ciudad el 8 de enero de 1998, y cuyo mayor anhelo es convertirse, a base de esfuerzo, en uno de los jugadores que marquen el futuro de las novenas indómitas.

Sobre sus inicios en el deporte de las bolas y los strikes comentó: “Cuando cursaba el prescolar, mi papá que siempre fue fanático de la pelota, me llevó por primera vez al terreno conocido como ‘El Beisbolito’. Allí estaban los profesores Yamil Haguar y José Chacón, quienes me vieron batear, y le recomendaron a mi padre que me llevara más seguidamente. Él, junto a mi madre y mis abuelos, siempre me han apoyado para que siga mi camino en este deporte”.

Luego de esas primeras escaramuzas beisboleras, Martínez García se desenvolvió en selecciones provinciales y nacionales de las categorías 9-10, 11-12, 13-14, sub-15 y sub-18 años. Vale destacar en ese sentido que ha integrado los equipos Cuba de todas las categorías por las que ha transitado.

“Cuando empecé en la categoría 9-10 lanzaba, jugaba primera y los jardines, por lo que era muy valorado debido a mi versatilidad. Con 12 años me llamaron a la preselección, y fuimos campeones en Venezuela. Tuve buenas actuaciones como pítcher y jardinero, disparé dos jonrones y relevé la final contra Venezuela.”

“En el campo 2 del estadio Guillermón Moncada practicábamos el 13-14, fuimos a un Campeonato Nacional en Villa Clara y terminamos en tercer lugar. Estaba entonces en la Secundaria Básica Espino Fernández”, señaló la joven perla del béisbol santiaguero.

Mencionó asimismo que: “Cuando estábamos en noveno grado, todo el equipo fue llamado para integrar la categoría sub-15, pero ya como parte de la EIDE Capitán Orestes Acosta. Ahí estuve entre los mejores y concluimos en el tercer lugar de esa categoría”.

Sobre esas competiciones en particular, recuerda: “Gracias a esas actuaciones integré el equipo Cuba sub-15 en dos ocasiones. El primer año fue en México, donde no era regular porque era mi primera vez en la categoría, y finalmente quedamos subcampeones. Al año siguiente fui cuarto bate del equipo en Colombia, bateé para 412 AVE, aunque nuevamente fuimos subcampeones”.

Recientemente, los juveniles de la Mayor de las Antillas se enfrentaron en choque amistoso frente a su similar de Canadá, y otra vez Francisco Martínez fue llamado a engrosar las filas del conjunto cubano: “Por estos días efectuamos el tope con los canadienses, celebrado en el estadio Latinoamericano. Considero que tuve una buena actuación, me desempeñé como quinto bate, empujé 8 carreras, aunque apenas bateé para 290 AVE. Pero lo más importante es que pudimos ganarles ocho de los nueve juegos pactados a los norteños”.

En el finalizado Campeonato Nacional para peloteros menores de 18 años, “Francisquito” –como también lo llaman sus compañeros–, lideró importantes departamentos ofensivos: anotadas (38), impulsadas (34), hits (52) y average (456). Números que demuestran su calidad contrastada y que aceleran su maduración hacia empeños mayores.

Al respecto indicó: “Pienso integrar el equipo Cuba juvenil, que va al Campeonato Panamericano en México, a partir del próximo 28 de septiembre. Yo me seguiré esforzando todos los años para mejorar mi actuación individual, pues solo de esta forma puedo aportar al equipo”.

“Quiero jugar pronto el sub-23 y estar con las Avispas en la Serie Nacional de Béisbol. Pienso llegar hasta donde la vida me lo permita, y sobre todo ganar campeonatos con los equipos de Santiago y Cuba”.

Talento, perseverancia y humildad le sobran para lograrlo.