La Habana.- EL CUBANO Miguel Ángel López, estrella del equipo de voleibol Sada Cruzeiro de Brasil, sumó otra resonante victoria en su carrera deportiva al conquistar la medalla de oro en el Campeonato Sudamericano de Clubes.

En una final inédita este domingo el equipo celeste dominó de principio a fin al Fiat Gerdau Minas con parciales corridos de 25-18, 25-17 y 25-18.

De solo 24 años de edad, el cienfueguero resultó el máximo anotador del choque con 15 puntos y el Jugador Más Valioso. Lo escoltaron a la ofensiva Rodriguinho y el opuesto Wallace, ambos con 10 tantos.  

La victoria representó el octavo título en este torneo y sexto consecutivo del Sada Cruzeiro, al que López llegó para la temporada 2020-2021 después de tres en la liga argentina, donde despegó con actuaciones sobresalientes.

No transcurrió mucho tiempo en el gigante sudamericano para colocarse líder del respetado club, que antes del triunfo dominical fue titular de este torneo en 2012, 2014, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020.

En su perfil de Facebook, Miguel Ángel escribió: «Gracias equipo por otro título. Es más que merecido el trabajo que hemos venido realizando día a día, estoy muy orgulloso de todos ustedes y también agradezco a nuestra afición por esa fuerza que le dan al equipo. Esos somos nosotros. @sadacruzeiro es campeón otra vez».

El "cubano volador" tendrá la oportunidad de asistir a otro Campeonato Mundial de Clubes, en el cual su equipo celeste defenderá el título conseguido en diciembre último frente al Lube Civitanova de Italia, en el que militan sus compatriotas Robertlandy Simón, Marlon Yant y Osmany Juantorena.

La tercera posición del Sudamericano correspondió al también elenco brasileño Vôlei Renata de São Paulo, que dominó en cinco parciales a su similar argentino Policial Voley.

El éxito del Sada representó la presea dorada 43 desde 2010 con un total de 52 finales en 59 campeonatos, según el sitio de este club.

En el duelo final ante Minas los cruzeirenses comenzaron con un fuerte ritmo en el servicio que provocó errores a su adversario. El empuje continuó sobre la cancha abarrotada de sus seguidores para no dar tregua con exquisita labor en el saque, ataque y en el sistema defensivo, lo que los condujo a una temprana sonrisa.