La Habana.- CUANDO el 2 de agosto pasado el saltador de longitud cubano Juan Miguel Echevarría se despedía lastimado de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, sus seguidores quedaron preocupados. La medalla de plata alegró, pero se dispararon las alarmas por lo sucedido.

Horas después se habló de una lesión grave que necesitaría estudios más rigurosos. Ultrasonidos y resonancias magnéticas confirmaron una lesión de grado II –casi III– en el bíceps femoral de la pierna derecha, con la que ejecuta el movimiento de despegue en la tabla.

Cuatro meses después del lamentable suceso, la noticia no puede ser mejor: Juan Miguel ya está recuperado, fue dado de alta por sus médicos y regresará a los entrenamientos el próximo mes de enero.

Así lo confirmó a JIT su entrenador Daniel Osorio, quien también reveló algunos detalles del proceso vivido durante estos meses y ya planifica la preparación para el nuevo ciclo, en que su alumno está llamado a seguir siendo una de las estrellas del atletismo cubano.

«Se siguieron todas las indicaciones y tratamientos, y se cumplió con las terapias combinadas en que fue fundamental el trabajo de su fisioterapeuta», cuenta Osorio, quien todavía anda con la “espinita” clavada pese a disfrutar en Tokio, además, de la medalla de bronce de Maikel Massó.

«Cuando sucedió todo –recordemos que también Massó se lesionó allí, aunque no de gravedad– se decidió que por la situación con la pandemia en Cuba ellos fueran evaluados en una clínica de Alemania, en que ya le habían hecho estudios antes», confirma el preparador.

«La primera evaluación se hizo en la propia capital japonesa con los médicos cubanos que formaban parte de la delegación olímpica. Luego, en suelo alemán se ratificó el diagnóstico inicial y se puso un tratamiento que se cumplió en Cuba, siempre con los especialistas de la Isla como parte del seguimiento», añade.

El alta médica se emitió el pasado 29 de noviembre durante la tercera evaluación en la institución germana. «Antes de regresar a Alemania a ambos atletas se les hicieron estudios en nuestro Instituto de Medicina del Deporte y viajamos con la certeza de que ya estaban bien», asegura el preparador.

«Confirmada la recuperación nos permitieron volver a los entrenamientos», apunta Osorio, quien sabe que las lesiones son parte del alto rendimiento y más recurrentes cuando los atletas están en su mejor forma física, como sucedió ahora.

«Conocer el organismo, trabajar con los detalles que se aprenden de los médicos, de los fisioterapeutas y de todos los que aportan al deporte es fundamental. El entrenamiento se compone de muchos pocos y no se puede descuidar ningún detalle», confiesa el hombre que lleva las riendas de los principales saltadores de longitud en el equipo nacional.

«En el caso de Juan Miguel hay que insistir en su movilidad articular, fortalecer mucho su espalda porque sabemos, gracias a los estudios realizados, que ahí puede estar el punto de partida de los problemas físicos que ha afrontado», explica.

Juan Miguel ya realiza un trabajo físico ligero, pero la mayor parte es de fortalecimiento y sobre todo de readaptación a los horarios habituales para cuando en enero se intensifique su actividad.

Para él no habrá en 2022 temporada invernal. Durante los primeros meses del año se buscará sentar las bases para un posterior aumento de las cargas físicas, lo que le permitiría llegar en plena forma al Campeonato Mundial de Atletismo de Eugene 2021, en el verano.

Bronce del orbe en Doha 2019 y oro en pistas bajo techo un año antes, Juan Miguel tiene como marca personal al aire libre 8,68 metros. Una vez registró 8,92 metros, no validado por el viento a favor. A sus 23 años le queda mucho por andar, marcas que romper y medallas por ganar.