La Habana.- A LOS enemigos de la Revolución les molesta leer, escuchar u observar las denuncias sobre el incuestionable daño que causa a Cuba el Bloqueo Económico, Comercial y Financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos desde la década de los años 60 del pasado siglo.
Su estrategia consiste no solo en cerrar los ojos ante tales desmanes, sino —y sobre todo— en tratar de negarlos y confundir a personas de bien, por demás dolientes, con “bocadillos” políticos más o menos elaborados.
Lo usual es no reconocer la extraterritorialidad de esta infame política; poner en duda que nos afecte en los términos y montos descritos cada año en la Organización de Naciones Unidas (ONU); y también, del modo más asqueante posible, levantar cortinas de humo sobre problemas internos que no obedecerían al Bloqueo, aunque ya sabemos que un cerco de esa amplitud lo golpea todo, hasta los sentimientos… O mejor dicho, sobre todo los sentimientos.
Los defensores del Bloqueo pierden repetidamente en la ONU, por abrumadoras mayorías, y ceden moralmente cuando sostienen un engendro tan lacerante y que impide desarrollar todas las potencialidades de nuestro modelo socialista.
¿Cuánto haríamos si no existiera? No dudo en afirmar que muchísimo, pues a los cubanos nos sobra espíritu de trabajo, creatividad y sentido de la justicia y la igualdad.
En el ámbito del deporte se sufre cada día el látigo imperial, al tiempo que surgen nuevas astucias para esquivarlo y una voluntad creciente por revelar cada “mordida” recibida. Esas son malas noticias para quienes apuestan por el Bloqueo pública o veladamente.
En esta entrega sumamos nuevos ejemplos de lo vivido en 2020, que lejos de intimidarnos significan argumentos para las batallas deportivas y simbólicas por venir…
. La Federación Cubana de Beisbol dejó de percibir 1 millón 500 mil dólares provenientes del derecho de formación de atletas contratados en la liga profesional japonesa, acumulado durante el periodo 2016-2020. Para emplear de algún modo ese monto debió radicarse en la cuenta bancaria de la federación internacional de ese deporte, lo cual representa una alternativa, pero no lo ideal.
¿La causa? La persecución financiera y el terror de los bancos ante operaciones que impliquen a cualquier institución de la Isla, incluso si no es gubernamental.
. Por idénticas razones, la Asociación de Fútbol de Cuba tampoco pudo ingresar cerca de un millón de dólares (exactamente 887 mil 513.78) acumulado desde 2014. La cifra obedece a criterios tan diversos como premios, derechos de televisión, localías, viáticos, boletos aéreos y sobre todo los proyectos One Concacaf, que han significado nada menos que 452 mil 453.00 USD.
. En el voleibol siguieron pendientes transacciones por valor total de 52 mil 962 dólares, referidas a premios individuales y colectivos, y al pago de árbitros asistentes a lides en el exterior. Eso negó beneficios personales al exjugador de playa Sergio González, a los jueces Ricardo Borroto y Lourdes Pérez, y a los integrantes de los equipos de sala que intervinieron en los torneos challenger en Portugal y Eslovenia.
. La Federación Cubana de Natación vivió otra temporada sin poder recibir en su cuenta los 25 mil dólares asignados por su homóloga internacional, la Fina, para gastos generales y proyectos de desarrollo.
. Siguieron prohibidas las ventas a la Federación Cubana de Tiro Deportivo. Desde hace cuatro años está pendiente la llegada a nuestro país de armas y municiones por valor de 600 mil dólares, debido a que la empresa proveedora no logra el permiso de exportación.
. Varios atletas discapacitados no pudieron acceder a equipamiento deportivo y prótesis. Tampoco lograron asistir a eventos ni enfrentar la clasificación médico-funcional en territorio estadounidense, por falta de visado, ante lo cual debieron viajar a otras naciones incurriendo en gastos superiores.
. No fue posible comprar a empresas estadounidenses, para el baloncesto, el calzado de la marca Nike, los balones Molten y recursos como aros, tableros y tabloncillos. Su importación mediante terceros eleva marcadamente las erogaciones.
. Directivos cubanos no pudieron participar en reuniones del ejecutivo de la Confederación de Norteamérica y el Caribe de Balonmano, celebradas en suelo estadounidense. La asociación local enfrentó además dificultades para la recepción de transferencias bancarias y donativos provenientes de su homóloga global.
. Suministradores norteamericanos no aceptaron vender a Cuba trampolines, bases, camas elásticas, compresores para la máquina de burbujas, trujas y gamuzas para la preparación y competencias de los clavadistas.
. La Escuela Nacional de Gimnasia se dotó de implementos de la firma neerlandesa Janssen and Fritsen. Sin embargo, el ser comprada esta por la empresa American Athletics International, de Estados Unidos, en lo adelante será difícil acceder a piezas de repuesto. Lo más seguro es que deban comprarse a sobreprecio.
. Los pesistas no pudieron concretar posibles patrocinios de las marcas Nike, Gatorade y otras.
. Las puertas estuvieron cerradas para comprar pelotas Kat Seven (utilizadas en lides de primer nivel), porterías, equipos de fuerza especial y vestuario para nuestros polistas.
. No se permitió la venta de la pintura especializada Belmaco para las superficies de las pistas de patinaje.
. Los principales arqueros cubanos, a diferencia de sus iguales en el continente, no tuvieron acceso al patrocinio de las reconocidas firmas norteamericanas Easton y Hoyt.
. Fue imposible adquirir en Estados Unidos barcos, velas, mástiles, timones y orzas para la iniciación, preparación y desarrollo de los veleros de la Isla.
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