La Habana.- ESTE 21 de febrero se cumplen 70 años del comienzo de la práctica en Cuba del judo, arte marcial de origen japonés.

El belga Andrés Kolychkine Thompson lo introdujo en la Isla, pero fue tras convertirse el deporte en derecho del pueblo, a partir de 1959, que sus practicantes aportaron repetidas glorias en escenarios internacionales.

Kolychkine (Petrogrado, 11-3-1913; La Habana, 12-3-1997) obtuvo el grado de Doctor en Ciencias y fue profesor del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, a donde llegó con su esposa, natural de la Isla, con la misión de desarrollar el judo.

Un día como hoy de 1951, según el libro La emigración japonesa en Cuba, Kolychkine hizo oficial la Federación Cubana de Judo y Jiu Jitsu, por lo que se considera esa la fecha de nacimiento de la modalidad en la mayor isla de las Antillas.

Antes del triunfo de la Revolución, el emigrante participó en la celebración de seis campeonatos nacionales y fundó en 1952 la Unión Panamericana de Judo, organizadora de su primer evento ese mismo año en La Habana, con la asistencia de competidores de Argentina y Estados unidos, quienes ganaron tres y un títulos, respectivamente.

La masividad y la impartición de forma gratuita de sus elementos sembrarían los cimientos. La llegada del profesor coreano Han Chang Ji consolidaron los resultados posteriores a todos los niveles para comenzar a labrar una historia que distinguiría en juegos olímpicos y campeonatos mundiales, tanto entre hombres como mujeres.

Como parte de la delegación histórica del Cerro Pelado, asistente a los X Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Juan, Puerto Rico, en 1966, los judocas cubanos dieron la clarinada al ganar dos de las cinco divisiones mediante Luis Gastón (65 kg) y Rolando Sánchez (95). Fue ese el debut de la especialidad.

En esas citas los varones marcarían un hito cuando triunfaron en todas las categorías de Maracaibo 1998, mientras las mujeres han tenido abrumadora supremacía en las ediciones desde 1990. Isaac Ascuy y Driulis González han sido los más destacados con cuatro medallas de oro cada uno.  

La capital boricua, en 1979, sería testigo de nuestros primeros dorados en juegos panamericanos, por esa fecha solo reservados para hombres: Guillermo D’Nelson (71 kg) y José Ibáñez (95 kg).

Las cubanas debutaron en 1983, pero resaltaron sobre todo entre 1991 y 2011, pues de 42 posibilidades de oro solo dejaron escapar ocho. Barrieron en Mar del Plata 1995, teniendo como figura principal a Driulis, igualmente campeona en cuatro oportunidades.

Las glorias en lides mundiales han dado mucho prestigio al judo cubano. Todo comenzó con el bronce de Héctor Rodríguez en los 63 kg de Lausana 1973, seguido por Manolo Poulot (60 kg) en Birmingham 1999 y Asley González (81 kg) en Río de Janeiro 2013.

La trayectoria de las mujeres ha sido más excelsa todavía. En 1999, Estela Rodríguez alcanzó el primer metal áureo en Belgrado, entonces Yugoslavia. Siempre guiadas por el profesor Ronaldo Veitía, sus chicas se erigieron campeonas en Makuhari, Japón, en 1995; y en El Cairo, Egipto, en 2005.

La lista de reinas la encabezan Driulis, ganadora tres veces, y Yurisel Laborde, Dayma Beltráne e Idalys Ortiz, con dos coronas en las divisiones mayores. Luego aparecen con un premio Legna Verdecia, Amarilis Savón, Diadenis Luna, Sibelis Veranes, Yurisleidis Lupetey y Yanet Bermoy.

La estela dorada en el Olimpo comenzó con Héctor Rodríguez en Montreal 1976, y siguió con Odalis Revé en Barcelona 1992, Driulis en Atlanta 1996, Verdecia y Veranes en Sídney 2000, y Ortiz en Londres 2012. En la edición australiana por primera vez lograron imponerse por naciones.

Otros muchos atletas y logros han labrado la historia del judo cubano en sus primeras siete décadas de existencia, lo que le ratifica entre los deportes insignias de Cuba.