La Habana.- EL BÉISBOL-5 se convertirá dentro de dos años en el primer deporte colectivo con equipos mixtos en el contexto de los juegos olímpicos de la Juventud.

Sucederá en la cuarta cita de ese nivel, planeada para Dakar, Senegal, en 2022. Su novedad en el programa acompañará a la que aportarán la lucha en la playa y el taekwondo por equipos.

Los juegos juveniles, fundados en Singapur 2010, han sido plataforma para el ensayo de nuevas modalidades urbanas, callejeras e inclusivas, como el baloncesto 3x3 y el hockey-5.

Para Riccardo Fraccari, presidente de la Confederación Mundial de Béisbol-Softbol (WBSC), el béisbol-5 es la clave para que este deporte llegue a los ambientes prácticamente cerrados a la modalidad tradicional, por su complejidad, el cúmulo de implementos y la necesidad de una instalación con muchas especificidades.

«La inclusión del béisbol-5 en los juegos olímpicos de la juventud es el objetivo que nos habíamos fijado desde el comienzo del proyecto en 2017. Estamos orgullosos de haberlo alcanzado», explicó Fraccari citado por la web oficial del Comité Olímpico Internacional.

«Nuestra nueva disciplina ha experimentado un tremendo crecimiento en los últimos años. Su accesibilidad ha aumentado la capacidad de hacer crecer el deporte a nivel mundial y llevar las habilidades y los valores del béisbol-softbol a los jóvenes en las comunidades menos atendidas», consideró el directivo de origen italiano.

El estreno del juego se produjo en La Habana, a los pies del estadio Latinoamericano, a finales de 2017. Desde ese lanzamiento global no ha cesado la campaña de la WBSC, enfocada en demostrar la accesibilidad y el carácter económico e inclusivo del mismo.

Los frutos se aprecian ya en el impacto en países de África como Costa de Marfil, Kenia, Lesotho, Sudáfrica, Tanzania, Túnez y Zambia. Y también ha calado en Argentina, al sur de América, donde la modalidad se ha agregado al Programa de Educación Física de la Preparatoria de Buenos Aires.

El juego se improvisa en casi cualquier lugar y con reglas ajustables, aunque las normas internacionales establecen cinco entradas y jugadores de ambos sexos en el diamante, entre otras cuestiones.

Cuba, donde se juega a las “cuatro esquinas” desde hace décadas, figura a la cabeza de este movimiento internacional. Ya se impuso en el primer evento panamericano, realiza sus eventos nacionales y tiene definida una ruta hacia Dakar 2022, donde el objetivo no sería otro que ganar.

Al final, cuando de pelota se habla, los cubanos no manejamos demasiadas alternativas.  

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