Lima.- PARA sus amigos del barrio, en Guanajay, Yunier Fernández no será denominado más con el sobrenombre de un afamado músico cubano. Ahora se llevó el oro en la categoría TT1 (sillas de ruedas) y demostró no ser segundo de nadie en América.

El artemiseño cerró su actuación dorada con un partido muy fácil por 3-0 sets (11-5, 11-2, 11-6) sobre el brasileño Aloisio Lima Junior, quien le había ganado en la final de los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015.

«Ya me había ganado dos veces y lo tenía atravesado. Este último fue mi mejor partido porque me lo había propuesto con cierre de oro», declaró tras la premiación en la tarde de este sábado en el Polideportivo 3 de la Villa Deportiva Nacional (Videna).

«Hace unos años estoy tratando de alcanzar un resultado como este y ahora se dio gracias al esfuerzo y la preparación realizadas, algo que debo mucho a mi entrenador Rieldis Ortega, quien no está aquí pero es el dueño de este resultado», anunció en su paso por la zona mixta.

Fernández reconoció que debió adaptarse a las frías temperaturas reinantes aquí por estos días para mejorar el desempeño que primero lo llevó a ganar su grupo eliminatorio de forma invicta en tres salidas.

Este sábado tuvo una difícil semifinal contra el argentino Fernando Eberharth, de ascendencia alemana, como podía escucharse en las indicaciones de su entrenadora y desde las gradas.

Finalmente lo venció por 3-1 (9-11, 11-5, 11-8, 11-2) para por lo menos igualar lo conseguido en la urbe canadiense.

En el diálogo con JIT, con una sonrisa visible, habló de la sorpresa preparada a los coterráneos en su pueblo.  

«Mis amigos me dijeron que no podía llegar con otra plata y ahí les llevó el oro. Les envío saludos también por el apoyo recibido en este evento», bromeó sobre el compromiso de salir con la gente de su barrio La Taconera, de en esa ciudad de la provincia de Artemisa.

Por esos lares Yunier sufrió una lesión en vértebras principales, al tirarse en una piscina con poco agua en el año 2002.

«Me fracturé la C5, C6 y C7 de la cervical. Llegué al tenis de mesa para personas con discapacidad en el 2004. Me ha ayudado que antes del accidente era atleta convencional y por ello tengo una base del deporte», narró sobre cómo pudo incluirse de nuevo a la práctica con el profesor Pedro Quintana, cuando no tenía idea de su existencia futura.

Por esa segunda oportunidad en la vida volvió a agradecer a la familia y al deporte revolucionario, por apoyarlo para mantenerse integrado a la sociedad. Ahora Yunier ya sueña en serio con poder asistir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

«Se me ha hecho esquivo en varias oportunidades poder asistir a unas paralimpiadas mundiales. Creo que esta vez ya he dado un gran paso para poder asistir a una», significó de sus propósitos venideros. Por lo pronto ya es el primero de América.