Lima.- LA PISTOLERA Laina Pérez ha sacado de abajo de la tierra, literalmente, el primer oro cubano en los XVIII Juegos Panamericanos.
Sí, y no se indispongan tan rápido, sucede que la cancha limeña de la modalidad aire 10 metros, que nunca más va a olvidar en su vida, está debajo de la tierra, en áreas de la Base Aérea Las Palmas.
Desde hoy, este lugar es el “bunker” de sus sueños, un espacio todo gris y beige, con un insostenible olor a pintura de aceite, pero donde la vida le ha hecho justicia tras años de entrega y sacrificio.
Laina no anduvo bien en la fase preliminar, pero con tirada de 561 puntos se anotó en una final de ocho competidoras. Su colega Sheyla González transitó mejor y con 566 acabó tercera. La uruguaya Julieta Mautone lideró con 568.
Cuba fue el único país con dos representantes en la disputa de medallas, una especie de alerta sobre la gloria que se avecinaba. La tensión cortaba el aire y Laina no podía ocultarlo. Respiraba profundamente. A Sheyla se le veía más tranquila.
La final, en definitiva, fue una clase magistral de la matancera, quien con disparos sobre ocho, nueve y 10 unidades se coló en la delantera desde el principio y nunca se salió.
Tras el quinto disparo acumulaba 50.5 puntos, al décimo 100.1; al 12 sumaba 120 y ya era primera de la lista, escalón que mantuvo hasta totalizar los 237.1 con que mereció el oro, el boleto olímpico a Tokio 2020 y el récord vigente para los Juegos, toda vez que esta modalidad estrena nuevo formato. La plata fue para la ecuatoriana Andrea Pérez con 234.7 unidades.
La historia de Sheyla sucedió un poco al revés, ya que dominó la prueba hasta el onceno tiro y luego cedió por algunas puntuaciones bajas. Igual le alcanzó para sumar su primer metal en estas lides con marca de 213.1.
Emocionada desde el tiro definitivo, Laina no pudo contener las lágrimas, de seguro guardadas a lo largo de una larga carrera en que toda esta gloria se le hizo esquiva.
Recordemos que la muchacha fue plata en la pistola deportiva de Río de Janeiro 2007 y no había subido al podio de nuevo hasta este sábado, cuando mente y brazo se fundieron en ecuación perfecta. Tampoco había podido asistir a los Juegos Olímpicos, tras varios ciclos completos, de manera que en 25 minutos le han llegado premios muy grandes.
Muy feliz, emocionada, afirmó que fue tiro a tiro en la competencia, sin pensar en el final. También que ahora solo quiere enfocarse en las modalidades mixta de aire y en la deportiva, sus restantes compromisos acá.
Luego, claró está, se dedicará por fin al tan ansiado reto olímpico.
¡Qué mañana cubanos! Vamos por más.
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