LEONARDO Cárdenas Perera es un referente obligatorio cuando se habla del softbol en Cuba. Oriundo de Caibarién, en Villa Clara, fue un atleta excepcional que militó durante dos décadas en la selección nacional.
Para muchos especialistas ha sido el mejor torpedero cubano de todos los tiempos, posición que “compartió” con la de capitán de nuestro conjunto élite en los años dorados de esta disciplina en la Isla.
Llegó al deporte de la bola blanda a través del béisbol, como ha ocurrido con la mayoría de nuestros softbolistas.
«Jugué pelota hasta la edad juvenil, incluso integré el equipo Cuba de 1983 en esa categoría, con grandes peloteros como Omar Linares, Omar Ajete, Faustino Corrales y Rafael Orlando Acebey. Fuimos a un tope contra Nicaragua. Después hice la preselección de Villa Clara para la serie nacional, pero quedé fuera del equipo», narró durante los primeros compases del diálogo.
«Estaba en la reserva y el profesor Ovidio Calzadilla, entrenador de softbol de la selección de Villa Clara, me propuso irme con él. Se trataba de un tremendo compromiso porque habían sido campeones en los dos eventos nacionales que se habían celebrado. En ningún momento pensé que me pondría como titular, pues faltaba poco para el inicio del torneo que se jugó en Sagua la Grande en 1985. Allí escuché sorprendido mi nombre en el line up abridor. Así comenzó mi historia en este deporte».
¿Cuántos campeonatos nacionales jugó con Villa Clara?
Ininterrumpidamente desde 1985 hasta que me retiré en la edición del 2004 en Sancti Spíritus. En esa etapa alcanzamos cinco títulos, dos medallas de plata y tres de bronce.
¿Cómo llega al equipo Cuba?
Después de mi primer certamen nacional realizamos una copa con los integrantes de la preselección cubana, divididos en dos conjuntos. Quedé como líder de los bateadores y me llamaron a los entrenamientos. No hice el grado al torneo panamericano de ese año, pero cuando regresaron me llamaron y desde entonces fui el torpedero regular de Cuba durante los 20 años que estuve activo.
Cuba obtuvo un histórico cuarto lugar en su única incursión mundialista en Canadá 1988. ¿Qué recuerdos tiene de aquello?
La mayoría de los integrantes del plantel éramos muy jóvenes y por primera vez nos enfrentábamos a un softbol de tanto nivel. Gracias a la unidad y disposición que teníamos pudimos obtener el cuarto lugar. Ha sido nuestra única participación mundialista y quedó para la historia. Perdimos en la discusión de medallas con Canadá.
¿Cuáles son los eventos internacionales que más recuerda de su larga carrera?
A nivel regional siempre alcanzamos buenos resultados. Participé en cuatro juegos centroamericanos y del Caribe con mucho éxito: en Santiago de los Caballeros 1986 logramos plata, pero después ganamos consecutivamente en México 1990, Ponce 1993 y Maracaibo 1998.
Participé en igual cantidad de juegos panamericanos, desde Indianápolis’87 hasta Winnipeg 1999. En todos nos llevamos la medalla de bronce, siempre por detrás de Estados Unidos y Canadá, dos potencias mundiales en esta disciplina.
¿Por qué decide retirarse en 2004?
A raíz de la no participación de Cuba en los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2002 dejamos de competir por varios años. Luego, teníamos el evento clasificatorio panamericano en Guatemala, con vistas a los Juegos de Santo Domingo 2003, y tampoco asistimos.
Estaba ilusionado porque sería mi quinta participación panamericana y me quedé sin opciones, teniendo ya 40 años de edad. Entonces, en el 2004, comenzaron las misiones internacionalistas en Venezuela y le pedí permiso al comisionado para viajar en esa condición. Fui pionero en las labores en ese hermano país. Estuve un año y medio allá. Y después volví entre 2012 y 2014.
¿Siempre mantuvo sus vínculos con el softbol?
Sí, cuando estaba acá siempre fui invitado por el profesor Miguel Albán, director del equipo Cuba en aquellos momentos, a los entrenamientos. Y nunca dejé de trabajar con los colectivos villaclareños en los eventos de casa.
¿Cuándo asume la dirección del equipo Cuba?
En el 2017 la comisión nacional me dio la responsabilidad de dirigir el conjunto que participó en el panamericano clasificatorio en República Dominicana.
Hicimos una gran preparación en Ciego de Ávila junto a Miguel Albán, jefe técnico de la Comisión y con mucha experiencia en esos trajines. Conseguimos todos los objetivos previstos, pese al déficit de tres años sin celebrar ningún partido internacional.
Alcanzamos el quinto lugar tras vencer en un juego bien difícil a Canadá. Logramos la clasificación centrocaribeña, panamericana y mundial. Fue un gran orgullo para mí, a raíz de ese resultado, que me seleccionaran el año pasado como el mejor entrenador de Villa Clara.
¿Jugador o director?
Prefiero jugar. Cuando uno dirige quiere que los muchachos hagan las cosas como las hice en mi época y es imposible. Además, resulta difícil aguantar los impulsos estando en el banco.
¿Qué significa el softbol?
Representa prácticamente la vida entera. Desde los 19 años estoy vinculado a esta gran pasión. No me he separado nunca de este deporte y quiero terminar mis días al lado de un terreno.
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