La Habana.- CUANDO se hable de raquetbol en Cuba, siempre habrá que mencionar el nombre de Raúl Martínez Gutiérrez. Nos obliga la historia.
Y es que este bayamés, practicante de frontenis en su debut como deportista, formó parte de la avanzada de raquetbolistas de la Isla.
Inicialmente participó en clínicas sobre esa disciplina impartidas en la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, pero terminó por intervenir en el I Campeonato Nacional Selectivo. Corría el año 2000.
«Elegí el raquetbol porque tenía más posibilidades de integrar el equipo nacional, debido a que es una especialidad que se juega con una sola mano, y por mi discapacidad (nació sin su mano derecha), no estaba en desventaja», explicó a JIT el hoy entrenador de la selección masculina antillana.
«Como practicante de pelota vasca jugué las modalidades de frontenis mexicano y paleta argentina, aunque mis principales resultados fueron en frontenis a 20 metros, siendo campeón nacional en dobles en los años 1990 y 1992. Gracias a ello quedé elegible para la preselección nacional de racquetbal que se conformó tiempo después», añadió.
Martínez atesora entre los momentos más importantes de su carrera la medalla de bronce del dobles masculino compartida con Maikel Moyet en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias 2006.
«Es sin dudas un resultado memorable para mí. No obstante, algo que llegó después me hizo sentir aún más orgulloso: ver mi nombre en un libro que resume a los medallistas cubanos en esas citas. Es la prueba de que el esfuerzo realizado dio frutos», expresó.
Pero, a sus 52 años, el raquetbol tenía más sorpresas destinadas a este hombre incansable. Sería cumpliendo otro rol que lo apasiona, el de enseñar.
Durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, con Raúl como manager, el propio Moyet, Enier Chacón y Robin Romero, ganaron bronce en la prueba por equipos.
Años después, en diciembre de 2024, Cuba entera se estremecía con el título de Christian Menéndez en el Campeonato Mundial Júnior de Guatemala. Un desempeño entonces inédito para el raquetbol de Cuba.
«En lo personal sigo muy contento con ese resultado sorpresivo, que llegó gracias al enorme talento del muchacho. Asombró a todos con sus deseos de triunfo y el temple demostrado ante contrarios evidentemente superiores», enfatizó.
«Ayudó también la preparación técnico-táctica y física, cruciales para eventos de ese nivel. Otro aspecto a destacar resultó el apoyo que recibió de las primeras figuras del equipo de mayores, Moyet y Yandy Espinosa», reveló el experimentado preparador.
El desarrollo de jugadores jóvenes como Christian y otros que emergen de los torneos selectivos que cada año se esfuerza en mantener la federación cubana de la disciplina, hacen que Raúl confíe en un despunte.
«En los últimos tiempos han aparecido jugadores con condiciones, que hemos podido captar y constituyen actualmente nuestra esperanza hacia metas superiores», expuso.
Convencido de que ser deportista es una condición para toda la vida, no abandona las canchas.
Entrena frontenis cada fin de semana, participa en circuitos internacionales para másteres, e incluso, durante el panamericano de raquetbol de este año en Guatemala, sirvió de pareja a su pupilo Menéndez para que este incursionara en los dobles.
«Me mantengo haciendo calistenia y ejercicios de movilidad y flexibilidad. Es también parte del compromiso como entrenador. No se puede formar atetas integrales sin dar ejemplo», puntualizó.
Es entonces que asiente ante la pregunta de JIT sobre si se considera un deportista-entrenador complacido.
«Satisfecho sí, pero con ambiciones de obtener una medalla de cualquier color a nivel continental en la categoría de mayores, ya sea en los eventos de nuestro deporte o en Juegos Panamericanos», manifestó.
«Son objetivos que solo conquistaremos con sistematicidad en los entrenamientos y sin perder las ganas de seguir adelante», recalcó.
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