La Habana.- INGLATERRA venció hoy 2-1 a Países Bajos y jugará la final de la Eurocopa de Fútbol de Alemania 2024. Lo hará por méritos, porque fue valiente en la semifinal, y porque entendió su técnico que si se anima a proponer, pueden ser letales en la cancha.
Gareth Southgate cambió el sistema -una vez más-, pero lo que parecía un fortín con tres centrales, derivó en una emboscada constante al área rival, porque la vocación de extremo de Bukayo Saka no le ataba al lateral, como la de lateral de Walker le delataba como central mentiroso.
Por esa banda derecha, para martirio de los neerlandeses, apareció Foden, pero era otro truco del técnico inglés que le acomodó luego al medio, donde más daño hace. También sacrificó a Bellingham, colocándolo al costado izquierdo del ataque, y allí ciertamente no lució como en el Real Madrid.
El acto supremo de magia de Southgate consistió en colocar al joven Kobbie Mainoo en el once titular, porque este apareció por todos lados y se multiplicó como conejos salidos de una chistera al rescate de Los Tres Leones.
Sin embargo, al pelotón de comando especial inglés le cayó un golazo de Xavi Simons que malogró el factor sorpresa. La Naranja Mecánica avisaba que no llegó a semifinales por casualidad y no estaba allí de pasada.
Si querían ganar los ingleses debían poner todo en la empresa, y lo hicieron. El gol, lejos de frenar el ímpetu, les motivó a doblar la apuesta y causaron más de un dolor de cabeza a los de Ronald Koeman.
Foden esconde detrás del traje de obrero un título de arquitecto: que no le van las lentejuelas en la camiseta no significa que va desprovisto de cualquier delicatessen.
Si bien le queda el rock and roll, también puede bailar un tango y hacer sudar a toda la defensa de la Orange, como cuando Dumfries tuvo que sacar sobre la línea un remate imposible. El del Inter demostró también que es ágil de piernas y la pelota no pasó.
A esas alturas del show de Foden ya el partido olía a empate, porque antes Kane había aprovechado un penal que le habían cometido, para fusilar a Bart Verbruggen.
Los Tulipanes también quisieron y pudieron. Se prendieron en una lucha al descampado, con ida y vuelta, más vértigo y fútbol, mezcla que no siempre sucede.
Pero el banco de Inglaterra es una mina de diamantes y su técnico puede darse el lujo de sentar a dos pesos pesados como Foden y Kane, para meter a Cole Palmer y Ollie Watkins, capaces de inventarse un gol imposible.
Lo del delantero del Aston Villa al minuto 90 no solo resultó un preciosismo singular, sino que terminó en un golpe maestro para derrotar a una selección de Países Bajos que regresa a casa con la moral bien alta.
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